Hace unos años la historiadora y periodista Anne Applebaum publicó la obra Red Famine: Stalin's War on Ukraine, que ganaría varios premios y daría cierta fama a su autora, que ya había escrito otros libros sobre los regimenes comunistas de Europa del Este. Como el título indica, esta obra se centra en las hambrunas que asolaron Ucrania en las décadas de los 20 y 30 del siglo pasado, centrándose en la de 1932 y 1933, conocida allí como "Holodomor".
La primera parte del libro hace un buen repaso a la Guerra Civil Rusa en Ucrania, donde había varios bandos enfrentados, a los blancos y rojos había que añadir al Ejército Polaco en el oeste y los nacionalistas ucranianos. El conflicto devastaría la región durante varios años, hasta que los bolcheviques lograron imponerse y fundaron la República Socialista Soviética de Ucrania.
En los siguientes capítulos Applebaum se centra en aspectos políticos y económicos de la URSS, y como éstos afectan a Ucrania. Los trabajadores en las ciudades tienen prioridad a la hora de recibir alimentos porque se considera que trabajan en un sector clave como la industria, a los campesinos se les ve como algo del pasado que en un futuro apenas tendrán importancia. En Ucrania las ciudades se llenan de trabajadores rusos, lo que es una forma del régimen de rusificar la región.
En lo referente al campo, la autora explica que la colectivización es un fracaso. Los agricultores pierden incentivos, y el miedo a ser denominados "kulaks" (campesinos de clase alta) hace que eviten producir más comida.
Applebaum explica que en la primera hambruna (1921-23) los efectos no fueron tan nefastos porque la agricultura funcionaba mejor y se pidió ayuda internacional, pero para la segunda fue catastrófica. Las autoridades impusieron unas cuotas imposibles de cumplir, y no llegó ayuda de ninguna parte, provocando varios millones de muertos.
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Portada. |
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Índice. |
La obra termina con los intentos de la URSS por tapar lo sucedido y el legado de lo ocurrido. Applebaum reconoce que Stalin no quería matar a todos los ucranianos, y que no fue un genocidio, aunque recuerda que la URSS participó en la definición de genocidio tras la Segunda Guerra Mundial y tenía cierto interés en que algunos crímenes no fuesen descritos como tal.
El problema del libro es que el título y gran parte del texto presenta lo ocurrido como una guerra contra Ucrania, cuando muchos de los testimonios describen lo mismo en la región del Volga (Rusia), y Kazajstán. Esto se aplica tanto a las hambrunas como a la represión/matanzas de la Guerra Civil Rusa. A la hora de contabilizar víctimas utiliza un parámetro típico de la literatura soviética, el porcentaje de la población, lo cual es engañoso porque la hambruna en Rusia sólo afectó a ciertas regiones colindantes con Ucrania. El de Kazajstán no se incluye porque seguramente es más alto que el de Ucrania.
Algunas de las afirmaciones se podrían discutir hasta la eternidad, por ejemplo considera que políticos como Jruschev o Kaganovich se identifican con la Ucrania proletaria y rusófona, no con la campesina que habla ucraniano, como si no fuesen verdaderos ucranianos (*).
Fuentes y enlaces de interés:
- Red Famine: Stalin's War on Ukraine, de A. Applebaum . Penguin (2017)
(*) Jruschev de hecho nació en Rusia, pero se consideraba ucraniano, y en 1954 transfirió Crimea a esta república.
Toda esta literatura juega con la realidad al poner cifras que son cuestionables. Sería bueno que alguien algún autor, analizará la extorsión que sufrió el estadoa soviético en sus primeros años por las banca europea y sus estados asociados, cuando se considera la moneda soviética no válida para comprar insumos y se obliga a el uso de las reservas del oro con valores tan altos. Es sabido que el gobierno soviético contrato ingenieros occidentales, pero también se encontró con el. Bloqueo por parte de occidente y la imposibilidad de comprar maquinaria a precios normales
ResponderEliminarMe encanta las recomendaciones y analisis de libros que haces Alejandro, me parecen relevantes y muy acertados. El del operador de ametralladora Austríaco y el del infante Sovietico que nació con una estrella me gustaron especialmente. Si saco tiempo de algún lado les haré el comentario que se merecen.
ResponderEliminarEste libro también promete, lo pongo en la lista. Muy acertados tus comentarios sobre que no fué algo enfocado únicamente en una población, sino que fué algo generalizado. Tanto de un lado como de otro se lleva tratando este tema de una manera descaradamente partidista todo un siglo.
Sobre la denominación de genocidio creo que es correcto que legalmente se separen los hechos por intencionalidades. No es lo mismo una gestión paupérrima como la que estamos viendo como lo que hicieron suceder a posta poco antes las élites Belgas en el Congo o poco después las élites Alemanas en toda Europa con todo tipo de razas y creencias distintas (no sólo los Judios).
Es más, diría que al respecto de sucesos de este tipo que se intentan barrer bajo la manta se deberían añadir lo que hicieron sufrir durante la segunda guerra mundial los Japoneses a la población civil China, los Estadounidenses a la Japonesa y especialmente por lo bien que lo han logrado esconder al público general los Británicos a la población Bengalí.
Saludos
Gracias Motzkor, muy amable. Cuando tengas un rato comparte tus opiniones, o haz alguna recomendación. Me encanta leer las opiniones de otros lectores. Saludos.
Eliminaresta en ingles, voy a tardar un monton usando el traductor, https://readerslibrary.org/wp-content/uploads/Red-Famine.pdf la autora tiene varios libros con esa linea editorial.
Eliminarpresentacion del libro
https://www.youtube.com/watch?v=6OfvyLzKWTk
saludos a todos
Saludos, he leído el libro allá por 2019, no es mal libro en tanto y en cuanto la lectura se hace amena, la señora de Sikorski (https://images.app.goo.gl/QbMdKdRyafmZremVA), al igual que su marido tiene don de letras y son buenos escritores.
EliminarDando por bueno lo literario llegamos al debate sobre la temática, ahí es donde en mi opinión y en la historiadores la obra cojea.
Alguno dirá que yo soy algo parcial en mis juicios pero bastante menos que la autora. El libro tiene un fin, exaltar el Holodomor y se permite licencias para magnificar el daño sobre un colectivo, llevando al lector a conclusiones genocidas. Al final lo que tenemos es a una ganadora polémica de Pullitzer 2004 por su revisión del Gulag (en el año de la Revolución Naranja) publicando su versión sobre lo acontecido 84 años antes en plenos tiempos PostMaidan y haciendo florecer un sentimiento negativo hacia Moscú en los lectores.
La hambruna de 1933 fue terrible en toda la URSS y fue la última de las grandes hambrunas (en 1921 en el Volga murieron 6 millones).
La clave a mi juicio y en contra de lo que focaliza la autora es que no distinguió etnias ni zonas de cultivo, la sufrió todo el pueblo soviético y el poder central (un georgiano) canceló las exportaciones de cereal y vació las reservas al tener en cuenta la mala cosecha. Lo que invalida la imagen de una hambruna artificial. Además, la hambruna no se limitó a Ucrania, lo pasaron peor en Kazajistán ...y fue resultado principalmente de una serie de desastres naturales que redujeron significativamente las cosechas. Similar a lo acontecido en Canadá y USA. Más importante aún, el régimen soviético dependía del campesinado para su supervivencia y dependió de él para superar la hambruna. Así, los campesinos produjeron una cosecha mayor en 1933, a pesar de las trágicas condiciones en las que tuvieron que trabajar. Estos elementos demuestran que la colectivización permitió la movilización y distribución de recursos, como el uso de tractores, la ayuda para la siembra y la ayuda alimentaria, para que los agricultores pudieran producir una buena cosecha durante una hambruna sin precedentes en la historia rusa y soviética. Finalmente, uno de los desastres naturales que causó la hambruna de 1933 impulsó al científico soviético Pavel Lukyanenko a crear nuevas variedades de trigo, lo que dio origen a la Revolución Verde Soviética.
Lo irónico de todo esto es que las hambrunas de Bengala se 1770 (los locos de la Compañía Británica de las Indias) y 1943 (el amigo Churchill) se ajustan mucho más a una hambruna intencionada... y es desconocido para el público general.
https://pixeldrain.net/u/GLKUmQFu
https://pixeldrain.net/u/dgevGsvu
Articulos sobre el libro:
https://elpais.com/cultura/2019/01/24/actualidad/1548352463_528776.html
https://www.elconfidencial.com/cultura/2019-01-25/anne-applebaum-hambruna-roja-ucrania-urss-stalin_1782594/
https://elpais.com/elpais/2019/03/01/opinion/1551443408_464331.html
Controversia:
https://www.historynewsnetwork.org/article/review-of-anne-applebaums-red-famine-stalins-war-o
Historiador estadounidense centrado en la agricultura
https://history.wvu.edu/faculty-and-staff/faculty-emeriti/mark-b-tauger
ResponderEliminarGracias por el enlace, si se busca "Kazakhstan" en el libro aparecen algunos extractos a los que hago referencia en la entrada, como éste de Kazajstán:
"En un contexto más amplio de la hambruna soviética de 1932-1933, estos dos decretos son singulares, al igual que los acontecimientos que les siguieron. Es cierto que hubo otras regiones que recibieron un trato especial. La sospecha sobre su lealtad probablemente contribuyó a una mayor tasa de mortalidad entre los campesinos de las provincias del Volga, donde también se implementaron algunas de las políticas empleadas en Ucrania, incluyendo arrestos masivos de líderes comunistas, aunque no al mismo nivel que en Ucrania. En Kazajistán, el régimen bloqueó las rutas nómadas tradicionales y requisó ganado para alimentar a las ciudades rusas, lo que generó un terrible sufrimiento entre los nómadas étnicos kazajos. Más de un tercio de la población total, 1,5 millones de personas, pereció durante una hambruna que apenas afectó a la población eslava de Kazajistán. Este ataque contra los nómadas, a veces llamado «sedentarización», fue otra forma de sovietización y un claro ataque contra un grupo étnico recalcitrante. Pero en ningún otro lugar los fracasos agrícolas estuvieron vinculados de forma tan explícita a cuestiones de lengua o cultura nacional como en Ucrania y en el Cáucaso Norte, con su gran población de habla ucraniana."
La autora destaca que la hambruna en Kazajstán apenas afectó a la población eslava (que incluye ucranianos), pero en cambio en Ucrania los ucranianos sí que murieron en grandes cantidades...
Como dato adicional, William Taubman destaca en su obra sobre Jruschev que no encontró documentos soviéticos ordenando represiones por etnia/nacionalidad, sino por clase.