29-4-2021
El embajador de Bielorrusia en Rusia, Vladimir Semashko, ha informado que la firma de dos hojas de ruta para la integración de ambos países se firmará en septiembre-octubre en vez de mayo como se había informado antes.
Semashko ha explicado que la firma podría llegar tras el foro de las regiones rusas y bielorrusas en junio y la reunión del comité permanente del Estado de la Unión en julio-agosto. Pese al retraso, ha destacado la buena atmósfera (3).
1-4-2021
El embajador de Bielorrusia en Rusia, Vladimir Semashko, ha informado que en abril se firmarán una serie de acuerdos entre ambos países de cara a su integración. De los 28 puntos a ejecutar ya hay acuerdos para 21, y los 7 restantes serán negociados hasta finales de abril. Se espera rubricar e acuerdo antes de que termine la primera mitad del año (2).
Parece que los acuerdos incluyen la creación de un mercado unificado para transporte, ferrocarril, gas/petróleo, agricultura etc. Queda por negociar la legislación de impuestos, política industrial y petróleo/productos derivados.
Siempre es complicado comparar, pero la integración es más profunda que la de los miembros de la Unión Europea (UE). A ésto hay que añadir la creación de centros de entrenamiento conjuntos.
Habrá que ver si a medio o largo plazo Rusia crea bases en territorio bielorruso. Es un tema que se ha mencionado en varias ocasiones pero nunca concretado.
13-11-2020
El conflicto en Nagorno-Karabaj ha hecho que las protestas en Bielorrusia hayan quedado en un segundo plano. Ayer el presidente Lukashenko afirmó en una entrevista que el mejor antídoto contra las revoluciones de color era una mayor integración del espacio postsoviético:
“Cualquier revolución de color debilita al Estado y empobrece a la gente. Después de estos disturbios en ninguna parte nadie vivió mejor. El principal remedio para este azote también es conocido: la expansión y profundización de nuestros lazos, la integración.”
Lukashenko aclaró que es necesario fortalecer la cooperación entre los países en el marco de la Unión Económica Euroasiática, la Comunidad de Estados Independientes y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva en las esferas de economía, seguridad y comunicación.
Hace unos meses diversos medios informaron que el apoyo ruso a Lukashenko sería a cambio de una mayor integración entre ambos países. De momento no ha habido novedades, y estas declaraciones quizás sean para allanar el camino. Hoy Lukashenko está más aislado que nunca, y varios países no le han reconocido como presidente. Además, la UE le ha impuesto sanciones. Todo ésto reduce su margen de maniobra.
4-1-2019
En las últimas semanas las relaciones entre Bielorrusia y Rusia han sido muy comentadas, especialmente en medios de la exURSS. Los mandataros de ambos países, se han visto en tensas discusiones sobre el suministro energético a Bielorrusia.
El problema es relativamente conocido. Tradicionalmente Bielorrusia recibe de Rusia gas y petróleo a precios reducidos. Al mismo tiempo, Bielorrusia es uno de los principales aliados rusos en la CEI. Desde 1997 forman parte del “Estado de la Unión”, una entidad supranacional que busca integrar ambos países.
En los últimos años, las relaciones han dado varios vuelcos. Bielorrusia no ha reconocido la soberanía rusa en Crimea, y tampoco mostró mucho apoyo en la guerra de 2008 contra Georgia. La crisis en Kirguistán fue otro tema candente. El presidente depuesto se refugió en Bielorrusia, y Lukashenko declaró que el Tratado de Seguridad Colectiva no tenía sentido si no se podía evitar la caída del presidente de uno de los estados miembros.
Desde 2014 la crisis económica se ha hecho sentir en Bielorrusia. La moneda se ha devaluado un 50% respecto al dólar, y Rusia quiere aumentar los precios del gas y el petróleo. Esto agravaría la situación de la economía de Bielorrusia.
A finales de año se habló de una posible integración de Bielorrusia en Rusia, y se anunció la creación de una comisión que estudiaría la cuestión. Si esta se produce ¿Cuáles serían los efectos?
Desde el punto de vista militar, la integración sería sencilla. Las FFAA bielorrusas utilizan principalmente armamento soviético y ruso, y sus empresas colaboran con las rusas en muchos productos. Es bien conocido que Peleng suministra visores para blindados rusos. La Fábrica de Reparaciones 558 en Baranovichi se encarga del mantenimiento y modernización de aviones, y hay planes para que fabrique componentes de aviones civiles SSJ y MS-21.
Con ~60.000 efectivos no debería haber problemas para integrarlos en la estructura de las FFAA rusas, que no alcanzan la plantilla planeada. Ambos países realizan maniobras conjuntas, y en los centros de formación rusos se instruye también a militares.
La economía es más complicada de analizar. Los sueldos en Bielorrusia son más bajos, por lo que seguramente habría un proceso de inflación. El gobierno ruso tendría que ajustar el salario a los funcionarios y jubilados para que no pierdan poder adquisitivo.
También hay ventajas, porque la integración supone el acceso a mano de obra cualifica en una economía desarrollada. Los precios de la energía pasarían a ser los mismos que en Rusia, que se ahorraría los pagos de gas por tránsito. El déficit del gobierno no es especialmente alto, pero Rusia tendría que asumir la deuda exterior.
Políticamente el acuerdo plantea algunas dificultades. Ningún país está en condiciones de evitarlo, pero en Ucrania y algunas repúblicas exsoviéticas no se vería con buenos ojos. Letonia y Lituania tendrían una frontera más larga con Rusia, pero no debería cambiar el día a día.
Finalmente, quedaría el estatus político de Bielorrusia. Seguramente se convertiría en una república autónoma como Chechenia o Crimea.
Fuentes y enlaces de interés: