En 1994 Mijail Eldin era un joven periodista checheno sin demasiado
interés en política. La guerra civil en Chechenia y conflicto con Rusia
lo cambia todo. Al final de la primera guerra, servía con los rebeldes y
era un veterano curtido en muchas batallas. Tras pedir asilo político
en Noruega, decide escribir su historia en este libro, cuyo título se
traduciría como "El cielo lloró fuego". La obra ha recibido muy buenas
críticas y la traductora ha ganado un premio.
El libro comienza con el autor narrando los primeros combates entre los partidarios de Dudayev y sus opositores, financiados por Rusia. Por aquella época Eldin es un estudiante de periodismo que escribe artículos sobre cultura chechena. La intervención del ejército ruso le empuja (y a otros más) a unirse la bando de Dudayev.
Las batallas por Grozni en 1994-96 son narradas con mucha crudeza. La descripción de cómo los perros van buscando cadáveres para devorarlos, o incluso esperan a que mueran los heridos, es impresionante. El famoso asalto a Grozni en nochevieja de 1994 es descrito desde el bando checheno, lo cual es muy dificil de encontrar. Cuando empecé a leer el libro pensé que sería enormemente crítico con los militares rusos, pero no es el caso. El autor destaca el buen entrenamiento y la valentía de muchos oficiales y soldados, que no quisieron rendirse cuando estaban cercados. Sí que es mucho más crítico con colaboradores chechenos y generales/políticos rusos. También destaca la actitud de Rusia hacia Chechenia en los últimos 300 años. En el libro se pueden encontrar muchas referencias a antiguas batallas. Curiosamente, no tiene problema en afirmar que muchos chechenos admiran a Rusia por su cultura; incluso hoy.
También hay muchas reflexiones sobre Dios y la religión, que según él están intimamente asociados a la naturaleza de los chechenos. El autor sostiene que alguien creyente tiene ventajas en combate porque confía en un ser superior que le protege. En muchas ocasiones el enemigo -sobre todos un soldado profesional “kontraktniki”- es un infiel, una persona sin creencias o límites que le lleva a la barbarie. Estos razonamientos probablemente sean algo parecido a una barrera cultural para muchos lectores, pero ayuda a explicar la resistencia de muchos chechenos.
La parte central del libro detalla las torturas sufridas a manos de militares rusos. El autor fue detenido por fuerzas especiales y pasó por varios puntos de filtración, donde le dispararon en un pie y le cortaron parte de la oreja. Las torturas son recordadas con todo detalle, y complementadas con recuerdos del autor. Esta es sin duda la parte más dramática.
Tras la liberación el autor describe rápidamente los últimos combates en la primera guerra y posguerra. A ojos del autor, la segunda guerra es muy diferente a la primera porque no existe el romanticismo del ejército soviético. Los mandos rusos al mando de Putin se habían estado preparando durante años par aniquilar a los chechenos. Basayev fue provocado y víctima de una trampa del FSB, que ordenó la retirada de tropas fronterizas para facilitar el paso de islamistas. Eldin recuerda que el ministro Stepashin hizo varias referencias a esto.
A ojos del protagonista, las tácticas de los rusos son muy diferentes. Son más metódicos y barren con artillería pesada y aviación cualquier resistencia. Además reconoce que el enemigo se ha infiltrado de manera efectiva entre los chechenos.
La parte final del libro narra el escape de la ciudad y la vida de guerrillero en las montañas, que compagina con periodos en los que es un ciudadando legal. Me llamó la atención que dijese que los rebeldes sólo sufrieron un 5% de bajas en la retirada de Grozni, cuando pr aquel entonces reconocieron más. Esta sección gustará a todos los aficionados a historia militar porque describe muy bien las dificiles condiciones en las que combate la guerrilla. Había que estar en constante movimiento; la retirada en invierno fue a través de terreno montañoso cubierto de nieve; la falta de comida y bebida; el no poder hacer fuegos porque los rusos pueden detectarte; la necesidad de un reconocimiento minucioso…
El autor termina con un ataque a unas posiciones rusas y las órdenes de su superior: escapar con vida, dar unos mensajes y escribir lo ocurrido. En la actualidad Eldin vive exiliado en Noruega.
El libro me gustó mucho. La traducción es muy buena y las 280 páginas se leen con rapidez. En general el relato me pareció bastante honesto, pero hay algunos temas que procura evitar y en los que me hubiese gustado que profundizase. Desde mediados de los 90 comenzaron a llegar muchos islamistas radicales, con una interpretación muy diferente a la de los habitantes del Caúcaso. Esto causó el caos en Chechenia entre 1996 y 1999, además estos sujetos eran responsables de un buen número de crimenes. El autor sólo afirma que “monstruos” había en ambas partes, pero que los chechenos respetaban la vida de los reclutas (no tanto la de los "kontraktniki" o colaboradores).
Otro aspecto que me llama la atención es que no explica con mucha claridad su función dentro de los rebeldes. Al ser periodista se encarga de relizar videos de propaganda. También sirve en una unidad de contrainteligencia. En algunas partes del libro habla de las misiones de reconocimiento con mucho detalle, por lo que también podría haber servido en una unidad de este tipo.
Como es de esperar, no da muchos detalles de los guerrilleros o las posibles rencillas entre estos. Afirma que en la segunda guerra sirvió bajo Mavladi Udugov y Hamzat Gelayev. El primero era el jefe de la propaganda chechena, y el segundo un afamado líder guerrillero. Es una pena que no se extendiese un poco más explicando cómo funcionaba la guerrilla chechena, la entreguerra o su asilo en Noruega.
En cualquier caso, las críticas no desmerecen el libro, que me ha gustado mucho. Lo recomendaría a todas aquellas personas interesadas en este conflicto.
El libro comienza con el autor narrando los primeros combates entre los partidarios de Dudayev y sus opositores, financiados por Rusia. Por aquella época Eldin es un estudiante de periodismo que escribe artículos sobre cultura chechena. La intervención del ejército ruso le empuja (y a otros más) a unirse la bando de Dudayev.
Las batallas por Grozni en 1994-96 son narradas con mucha crudeza. La descripción de cómo los perros van buscando cadáveres para devorarlos, o incluso esperan a que mueran los heridos, es impresionante. El famoso asalto a Grozni en nochevieja de 1994 es descrito desde el bando checheno, lo cual es muy dificil de encontrar. Cuando empecé a leer el libro pensé que sería enormemente crítico con los militares rusos, pero no es el caso. El autor destaca el buen entrenamiento y la valentía de muchos oficiales y soldados, que no quisieron rendirse cuando estaban cercados. Sí que es mucho más crítico con colaboradores chechenos y generales/políticos rusos. También destaca la actitud de Rusia hacia Chechenia en los últimos 300 años. En el libro se pueden encontrar muchas referencias a antiguas batallas. Curiosamente, no tiene problema en afirmar que muchos chechenos admiran a Rusia por su cultura; incluso hoy.
También hay muchas reflexiones sobre Dios y la religión, que según él están intimamente asociados a la naturaleza de los chechenos. El autor sostiene que alguien creyente tiene ventajas en combate porque confía en un ser superior que le protege. En muchas ocasiones el enemigo -sobre todos un soldado profesional “kontraktniki”- es un infiel, una persona sin creencias o límites que le lleva a la barbarie. Estos razonamientos probablemente sean algo parecido a una barrera cultural para muchos lectores, pero ayuda a explicar la resistencia de muchos chechenos.
La parte central del libro detalla las torturas sufridas a manos de militares rusos. El autor fue detenido por fuerzas especiales y pasó por varios puntos de filtración, donde le dispararon en un pie y le cortaron parte de la oreja. Las torturas son recordadas con todo detalle, y complementadas con recuerdos del autor. Esta es sin duda la parte más dramática.
Tras la liberación el autor describe rápidamente los últimos combates en la primera guerra y posguerra. A ojos del autor, la segunda guerra es muy diferente a la primera porque no existe el romanticismo del ejército soviético. Los mandos rusos al mando de Putin se habían estado preparando durante años par aniquilar a los chechenos. Basayev fue provocado y víctima de una trampa del FSB, que ordenó la retirada de tropas fronterizas para facilitar el paso de islamistas. Eldin recuerda que el ministro Stepashin hizo varias referencias a esto.
A ojos del protagonista, las tácticas de los rusos son muy diferentes. Son más metódicos y barren con artillería pesada y aviación cualquier resistencia. Además reconoce que el enemigo se ha infiltrado de manera efectiva entre los chechenos.
La parte final del libro narra el escape de la ciudad y la vida de guerrillero en las montañas, que compagina con periodos en los que es un ciudadando legal. Me llamó la atención que dijese que los rebeldes sólo sufrieron un 5% de bajas en la retirada de Grozni, cuando pr aquel entonces reconocieron más. Esta sección gustará a todos los aficionados a historia militar porque describe muy bien las dificiles condiciones en las que combate la guerrilla. Había que estar en constante movimiento; la retirada en invierno fue a través de terreno montañoso cubierto de nieve; la falta de comida y bebida; el no poder hacer fuegos porque los rusos pueden detectarte; la necesidad de un reconocimiento minucioso…
El autor termina con un ataque a unas posiciones rusas y las órdenes de su superior: escapar con vida, dar unos mensajes y escribir lo ocurrido. En la actualidad Eldin vive exiliado en Noruega.
El libro me gustó mucho. La traducción es muy buena y las 280 páginas se leen con rapidez. En general el relato me pareció bastante honesto, pero hay algunos temas que procura evitar y en los que me hubiese gustado que profundizase. Desde mediados de los 90 comenzaron a llegar muchos islamistas radicales, con una interpretación muy diferente a la de los habitantes del Caúcaso. Esto causó el caos en Chechenia entre 1996 y 1999, además estos sujetos eran responsables de un buen número de crimenes. El autor sólo afirma que “monstruos” había en ambas partes, pero que los chechenos respetaban la vida de los reclutas (no tanto la de los "kontraktniki" o colaboradores).
Otro aspecto que me llama la atención es que no explica con mucha claridad su función dentro de los rebeldes. Al ser periodista se encarga de relizar videos de propaganda. También sirve en una unidad de contrainteligencia. En algunas partes del libro habla de las misiones de reconocimiento con mucho detalle, por lo que también podría haber servido en una unidad de este tipo.
Como es de esperar, no da muchos detalles de los guerrilleros o las posibles rencillas entre estos. Afirma que en la segunda guerra sirvió bajo Mavladi Udugov y Hamzat Gelayev. El primero era el jefe de la propaganda chechena, y el segundo un afamado líder guerrillero. Es una pena que no se extendiese un poco más explicando cómo funcionaba la guerrilla chechena, la entreguerra o su asilo en Noruega.
En cualquier caso, las críticas no desmerecen el libro, que me ha gustado mucho. Lo recomendaría a todas aquellas personas interesadas en este conflicto.
Fuentes y enlaces de interés:
- The Sky Wept Fire, de Mijail Eldin. Traducción de Anna Gunin. Portobello Books (2013).
- Entrada blog: Una guerra sucia. Una reportera rusa en Chechenia, de Anna Politkovskaya.
- Entrada blog: Torres de piedra, de Wojciech Jagielski
No es raro que recurrieran a reforzarse con combatientes islamicos, al principio pidieron ayuda a occidente y se les dió la espalda de forma vergonzosa.
ResponderEliminarLos Chechenos fueron sorprendentemente laicos para la cultura que tienen y la zona donde viven, pero desde que su único apoyo (moral, financiero y militar) se convirtieron los paises islamistas, la conversión religiosa fue rapida.
Sobre los chechenos (me refiero como pueblo, no a las mafias) me resultó curioso el comentario sobre el que coincidieron varios autores, aprecian en especial la honestidad y la valentía. De esto hace como una década, supongo que esto tambien puede haber cambiado, dadas las condiciones en las que viven.
Gracias por la recomendación del libro.
Bueno, eso de que los chechenos respetaban la vida de los reclutas... Aún recuerdo vídeos de decapitaciones de soldados rusos de 20 años, y como mandaban las grabaciones a las madres y viudas en Rusia. La primera guerra de Chechenia coincidió en el tiempo con la intervención de la OTAN en los Balcanes, y existía un pacto silencioso entre ésta y Rusia: tu me dejas hacer a mi, y yo te dejo hacer a ti, por eso occidente "pasó" un poco del tema. No se me olvida un especial de Documentos TV sobre dicho conflicto, se escuchaba una grabación de una desesperada petición de apoyo aéreo por parte de tropas rusas y como tras 20 minutos de largas son acribillados al otro lado de la radio.
ResponderEliminarHola lanzallamas. Sí, a uno de esos soldados se le quiere beatificar. Se llamaba Yevguenni Rodionov y tras ser capturado no quiso pasarse al enemigo o convertirse al islam. También me viene a la cabeza un pequeño número de soldados rusos capturados al inicio del ataque checheno. Los habitantes de un pueblo intentaron protegerles obligando a los rebeldes a jurar que no les haría nada, pero finalmente fueron ejecutados.
ResponderEliminarSaludos.
Chechenia era independiente de facto desde la caída de la URSS, y los separatistas empezaron a atacar y matar la población civil rusa del norte de la república casi de inmediato, mucho antes que Ieltsin se resolviera a mandar tropas para retomar el control, en diciembre del 94. O sea, estamos también hablando antes de la "yihadización" de Chechenia. Seguro que eso tampoco se menciona en el libro.
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