Cuidando el motor del Tiger

La aparición del tanque pesado Panzer VI fue toda una inyección de moral para los tanquistas de la Panzerwaffe, cuya confianza había quedado muy tocada tras la aparición de los KV-1 y T-34 en Barbarroja. Pese a todo, el Tiger era un vehículo de unas características muy diferentes a cualquier modelo anterior. Con 56 toneladas pesaba el doble que el Panzer IV, el más potente disponible hasta el momento.

El Panzer VI era un modelo más delicado mecánicamente y con un mantenimiento más exigente. Inicialmente se discutió si era mejor integrarlo en divisiones Panzer o en batallones. La segunda opción fue considerada la más óptima porque el mantenimiento y logística era más significativo, por lo que un regimiento tendría problemas para cumplirlo. También se consideraba que el Tiger era un arma decisiva, que debía ser utilizada en momentos cruciales de una batalla. No podían ser malgastados  en operaciones secundarios que un tanque medio podía cumplir.

Instrucciones para el motor en el manual del Tiger.

El Alto Mando alemán insistió a todos los niveles en estos factores para mantener la eficacia. Los Tiger no podían ser repartidos por el frente ni utilizados a todas horas. Los tripulantes recibieron instrucciones sobre el mantenimiento y cuidado del vehículo. Cuando el Batallón de Tanques pesados 507 (SPz-Ab 507) fue activado, el comandante prometió que cualquier conductor que lograse recorrer 2.000 kms sin cambiar el motor recibiría un permiso especial de larga duración.

Helmut Küßner, comandante de la compañía de mantenimiento del SPz-Ab 507, recuerda en un libro sobre la unidad un problema con uno de estos Tiger. El conductor había llegado a 2.000 kms, pero el vehículo tenía un problema. En ralentí el motor funcionaba perfectamente, pero en movimiento se “atragantaba”. Como el frente estaba tranquilo se pudo investigar el asunto. Inicialmente se pensaba que el problema estaba en el suministro de combustible. Los técnicos cambiaron uno tras otro el carburador, filtro, líneas de combustible… y así hasta tener que instalar otro motor (adiós permiso para el conductor). Sin embargo, el fallo persistía.

Esto significaba que el problema estaba en el depósito de combustible. El tanque había recibido un impacto lateral que había fracturado el recubrimiento. Algunos trozos terminaron en el fondo del depósito. Cuando el tanque se movía, estos trozos bloqueaban el conducto de combustible, por lo que la gasolina no pasaba correctamente. Una vez solucionado el problema se instaló el viejo motor y el conductor pudo disfrutar del permiso. Küßner cree que casi 17 conductores lograron llegar a la cifra, algo meritorio si se tiene en cuenta que el SPz-Ab 507 no entró en combate hasta bien entrado 1944, cuando el panorama alemán en la URSS se complicaba de sobremanera.

 Küßner recuerda que para agilizar el mantenimiento, pidió que se le entregasen 15 prisioneros rusos. Estos ayudaban en el tren de rodaje, liberando personal para otras reparaciones más complicadas. Para comunicarse con ellos empleaba a un obergefreiter que originaba de Polonia y un traductor.  Cuando la unidad se retiró a Polonia fueron trasladados a un campo de prisioneros para evitarles problemas.

Fuentes y enlaces de interés:

- Combat History of Schwere Panzer Abteilung 507. Los autores son veteranos de la unidad. Fedorowicz (2003), pag 60.

- http://panzer-elmito.org/tanques/tiger_i/indice.html