viernes, 28 de julio de 2017

Foto de una ceremonia sobre el busto de Alexey Maresyev

Esta bonita foto fue tomada en Kamyshin (Volvogrado), en una ceremonia en el busto de Alexey Maresyev, uno de los pilotos soviéticos más célebres de la Segunda Guerra Mundial. El inicio de la guerra le cogió como piloto en el 296° Regimiento de Caza, operando con Il-16. Posteriormente sería transferido al 590° Regimiento de Caza, y para marzo de 1942 tiene 4 victorias.


En abril de 1942 la vida de Maresyev cambiaría dramaticamente. El día 4 fue derribado por un caza alemán en la región de Demyansk; Maresyev intentó realizar un aterrizaje forzoso pero el caza terminó por precipitarse en un bosque sufriendo graves heridas. 

Increiblemente,  Maresyev se arrastró durante 18 días hasta conseguir ayuda en un pueblo. Un U-2 fue enviado para evacuarlo, pero para entonces las heridas habían empeorado y en el hospital hubo que amputarle la parte inferior de las piernas.

Pese a todo, Maresyev no se resignó y estuvo recuperándose durante un año. En junio de 1943 regresa al servicio en el 63° Regimiento de Caza de la Guardia. Inicialmente voló misiones de cobertura, escoltando a aviones que regresaban de misiones, pero posteriormente volvió a entrar en acción. En agosto de 1943 derriba 3 Fw 190, y a finales de ese mes recibe el título de Héroe de la Unión Soviética.

En 1944, tras 87 misiones de combate y 11 derribos, pasa a ocupar puestos administrativos. En 1946 se da de baja en la Fuerza Aérea, pero sigue colaborando con asociaciones de veteranos. Maresyev era una figura muy popular por su coraje y determinación. Falleció en 2001 cuando estaba a punto de cumplir 85 años.   

Fuentes y enlaces de interés:

- Foto vía red VK.

2 comentarios:

  1. "operando con Il-16"
    I-16, como era el sistema de designación de aviones antes de 1940 (usando una letra para la función, en vez del OKB como fue después).

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  2. Es el protagonista de la novela "Un hombre de verdad", de Boris Polevoi. Al margen de la propaganda comunista, la novela me interesó bastante. En la propia novela y en "A fin de cuentas" Polevoi cuanta la génesis de ese libro, durante el juicio de Nuremberg, donde estaba destinado como corresponsal de Pravda.

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