domingo, 5 de mayo de 2019

Memorias del coronel Jozsef Szekeres - Segunda parte

Segunda parte T-54/55
  
El T-54/55 entró en servicio en 1961, y yo serví en ellos desde 1964

La estructura seguía la del batallón soviético de 31 tanques. Todo estaba calculado con este número: talleres de reparación, camiones, repuestos, municiones, palas y equipos de desminado. Los tanques llegaban en dos trenes, primero 16 y luego 15.

Los cálculos siempre se hacían con trenes militares de 120 ejes, porque eran los más largos que se adaptaban a las vías laterales de las estaciones más pequeñas. Si algo fallaba en el tren, teníamos que detenerlos allí. No se nos permitía viajar en vías paralelas cuando había trenes civiles en la otra, a pesar de que todo iba sujeto, con los cañones apuntando hacia atrás y fijados. Normalmente transportábamos s los tanques en fines de semana.

El T-54 y el T-55 eran diferentes en muchas cosas. El T-54 solo tenía estabilización en un eje (lateral). El mecanismo de rotación de la torre tenía una transmisión de radio 10:57, pero solo con 3 dientes conectados. En condiciones pesadas, el engranaje se rompía. Posteriormente fue reemplazado por un sistema epiciclo. Hubo muchos cambios, y las piezas auxiliares del motor recibieron muchas modificaciones.

El motor de ambos tanques podría arrancarse hacia atrás, por ejemplo, retrocediendo en una pendiente. El motor extraía aire a través del escape y salía a través de la entrada de aire, dañando el filtro de aire. A veces, el conductor tardaba en comprender el problema y dañaba el filtro de aire. No había nada que impidiera este modo de operación, pero más tarde se colocó un sensor.

Los motores se fabricaban en Polonia, y los tanques en muchas fábricas. Eran ligeramente diferentes. El cañón de 100 mm podría retroceder 51 cm, en combate 57 cm. Si había más retroceso la recámara golpeaba el muro de separación, o afectaba (apagaba) al motor.

En mi unidad, las ametralladoras antiaéreas no se instalaron en los T-34 y T-55. Las ametralladoras de chasis y coaxial de 7,62 mm eran efectivas hasta 1000 metros. Eran peligrosas para objetivos sin protección hasta una distancia de 2000 metros, pero el alcance efectivo era de 600-1.000 metros. La ametralladora AA era efectiva hasta 1500 metros porque tenía dos miras. La simple (conocida como de hierro), con ajustes de rango, y la óptica, con círculos grabados en la lente, enlazados a diferentes velocidades de los aviones. Era configurable por diales. La operaban el comandante, que sacaba medio cuerpo de la torre.

En el compartimiento de combate hay un enorme tanque de combustible frente al cargador. Alrededor había un depósito de municiones en forma de nido de avispa, con 26 proyectiles. Podría haber sido colocado en un lugar mejor, pero no importaba mucho, se esperaba que uno o los dos explotasen después de un impacto. En la pared que separa el compartimiento del motor había 8 proyectiles, 2 sobre el precalentador y 8 en la torre 8. No había medio metro cuadrado sin municiones.

T-55 (Jozsef Szekeres).

Había un revestimiento anti-radiación de plomo, afortunadamente nunca probado. En el exterior había un blindaje externo colgado como las orejas de un elefante. No creía que fueran útiles, hacía el tanque más torpe (cumbersome).

Más adelante disparé a un T-55 con un T-72 utilizando munición HEAT. Posteriormente el taller de reparaciones desmontó el T-55. Había impactado en la parte delantera, cerca de la mira. Medí la trayectoria dentro de la torre, de 28 cm. Toda la torre estaba de color azul grisáceo cuando la explosión desintegró el revestimiento antirradiación. Encontré un agujero en el muro de separación de 8 cm del motor. La penetración total fue de 36 cm. Su efecto fue devastador, y un RPG podría haber hecho lo mismo.

Me gustaba el T-55, especialmente las variantes posteriores con un revestimiento antirradiación adecuado, detectores NBQ y sistema de extinción de incendios. Era humano, manejable, pero carecía de un FCS.

Después de muchos cambios, se cambió la designación a T-55, pero las modificaciones no se detuvieron. Tenía un embrague neumático, mucho más fácil de utilizar que un servo con muelles. Esta variante se convirtió en el T-55A, luego el T-55B. El Ejército Húngaro intentó modernizarlo más, por lo que nació el T-55AM. Se integró una dirección de tiro francesa fabricada por Matra. Disponía de una computadora que medía

- La temperatura de la munición - el propelente más caliente se quema más rápido.
- Temperatura exterior - el aire caliente es menos denso
- Velocidad y la dirección del viento
- Velocidad del tanque
- Distancia entre dos objetivos
- Velocidad del tanque enemigo, su velocidad lateral, ángulo del movimiento.

La dirección calculaba la solución balística, pero no compensaba el ángulo de la pendiente. La "marca" se mostraba en el retículo a través de un panel de cristal líquido. Era mejor que la del T-72, pero existían incompatibilidades entre los niveles de señal del microordenador y la electrónica de tubo de vacío de los estabilizadores, que se desgastaba. Resultó inútil. Nadie supo cuántas horas de operaciones se hicieron con estos tanques. Al principio registrábamos cada disparo, y sabíamos cuántos proyectiles se disparaban con cada cañón. El odómetro era inútil porque usábamos mucho el motor para cargar las baterías. De todos modos, no me gustaron estas soluciones adicionales.

T-55AM (Jozsef Szekeres).

El T-62 no fue utilizado por el Ejército Popular de Hungría, pero vi los de nuestros aliados soviéticos. No valía la pena. El cañón tenía un diámetro de 115 mm y todavía munición de una sola pieza. Había un expulsor para la vaina conectado a la parte trasera de la torre con una cinta metálica. El cañón y la torre eran más grandes, y el espacio entre los ejes diferente para mantener el equilibrio. El motor no era mucho más potente, por lo que el tanque se volvió torpe. 

El arranque del motor era fiable, encendí y apagué el motor en muchas ocasiones, pero nunca pude alcanzar 10 km/h. El motor tenía que arrancarse en el garaje, el trayecto de 6 km hasta el complejo de entrenamiento podía durar hasta una hora, dependiendo del tráfico. Una ronda de entrenamiento tenía un tiempo base de 3 minutos y 9 segundos. El estabilizador se podía utilizar 2 minutos después de arrancar el motor.

En una ocasión una compañía T-55 alcanzó un estanque de pesca, la superficie estaba cubierta de caña. Le dije al comandante que lo cruzara, que no se detuviera. Rechazó la orden porque no quería estropear el auto-remolque. Me hice cargo de la orden y le dije al comandante que siguiera los tanques a pie. Ordené a los conductores que pusieran la primera marcha y que no toquen los mandos; el acelerador en manual a 900 rpm. Los diez tanques se sumergieron en el agua hasta que el lodo alcanzó los guardabarros, pero cruzaron sin problemas. El comandante se hundió "hasta el cuello", y no pudo cruzar el pantano con facilidad.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por la subida, la información es muy buena. Pinchando...

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  2. Me gustó el relato del pantano. Así se puede ganar una batalla.
    Un saludo

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