La victoria de Alemania sobre Francia en mayo de 1940 sorprendió al mundo entero. En 1914, los ejércitos del Kaiser habían luchado enconadamente durante 4 años por derrotar a los
franceses, pero nunca pudieron cumplir su objetivo, a pesar de estar
cerca en 1914.
En mayo de 1940 los alemanes se tomaban la
revancha. Tras romper el frente en Sedán, las divisiones panzer
avanzaron hasta el mar, cercando las mejores unidades del ejército
francés y a toda la fuerza expedicionaria británica (BEF). En el aire,
la Luftwaffe consiguió el dominio del aire frente a los anglofranceses,
teoricamente superiores en número. Tras destruir parte de la aviación
enemiga en tierra, la Luftwaffe creo un auténtico paraguas aéreo que
apoyó al Heer durante toda la campaña. La RAF y Armée de l’Air sufrieron
gravísimas pérdidas intentando para el avance enemigo, pero fue
imposible.
Morane-Saulnier 406 (http://www.militaryimages.net)
Tras
el armisticio el gobierno de Petain encargó a las FFAA informes para
sacar conclusiones de la guerra. Algunos de ellos se conservan en los
archivos franceses, conocidos como Archives du service historique de
l’Armée de l’Air. Los disponibles fueron escritos por comandantes de
grupos de caza, equipados con Morane-Saulnier 406, Curtiss H-75 y
Dewoitine 520, y arrojan una perspectiva muy interesante sobre la
derrota francesa en el aire.
En general se puede decir que la derrota se basa en 2 razones principales:
- Entrenamiento y doctrina.
- Equipos militares.
Los
informes apuntan a que el entrenamiento en periodo de paz no era
adecuado. La lista de fallos es larga. El entrenamiento era conservador
por miedo a accidentes, y los combates aéreos se practicaban en
situaciones de 1 contra 1. Una vez empezado el combate cerrado, cada uno
hacía lo que podía y no había cooperación entre compañeros.
Las
prácticas de disparo eran completamente inadecuadas, probablemente por
la falta de experiencia en conflictos modernos. El reglamento indicaba
que se podía causar daño a aviones enemigos disparando desde 800 metros
hasta bocajarro. En los entrenamientos, se enseñaba a los pilotos a
interrumpir el fuego a 200 metros si se atacaba por la cola, 400 metros
si era por el morro, y 0 a través (en perpendicular).
Por
falta de material moderno, se practicaban ataques contra blancos que
volaban a baja velocidad. Los ataques se realizaban de una manera lenta,
y se disparaba en varias pasadas.
En combate toda esta teoría se
mostró completamente incorrecta. Los bombarderos alemanes operaban en
grandes formaciones, y cada aparato disponía de varios artilleros que
abrían fuego contra los cazas enemigos. En muchas ocasiones iban
escoltados por Bf 109 volando a más altura, o por delante, con lo que
era imposible hacer una aproximación como en los entrenamientos.
En 1940 todos los aviones alemanes disponían de blindaje y depósitos
autosellantes. Esto se notaba mucho a la hora de aguantar impactos. Los
pilotos franceses destacaron que los disparos entre 200 y 400 metros no
mostraban resultados. Había que aproximarse a 80-100 metros.
Los
vuelos en formación también se mostraron poco adecuados. No se
practicaron vuelos en grandes formaciones. La más grande era de 9
aparatos agrupados de 3 en 3. Tampoco se practicaron misiones de
escolta. En palabras de un informe, el número de aparatos en el aire
nunca fue suficiente para hacer frente a la escolta y los bombarderos al
mismo tiempo.
Curtiss H-75 francés (www.gc2-4.com).
La doctrina tampoco estuvo a la altura. La cadena
de mando estaba dispersa y demasiado dividida. Durante el conflicto se
mostró demasiado rígida, y privó a los mandos de autonomía. Muchas veces
las órdenes llegaban tarde, o no tenían sentido. Las comunicaciones
entre los controles terrestres y los aviones era deficiente, lo cual
tenía serias consecuencias. En un combate aéreo es una gran ventaja
contar con más altura que tu adversario, porque puede ser convertida en
velocidad. La lentitud a la hora de reacción hacía que los cazas
franceses comenzasen los combates en posición desventajosa, con los alemanes por encima.
Los cazas alemanes disponían de otra ventaja clara, y era la
superioridad de sus radios. Las tácticas en grupo, buena comunicación, y
superior número les convertía en un enemigo difícil de batir. Los
pilotos franceses tampoco habían previsto algunas tácticas de la
Luftwaffe, como escapar a ras de suelo, o volar a gran altura.
Finalmente, los aviones de caza utilizados por la Armée de l’Air
mostraron importantes carencias, salvo el Dewoitine D520. En mayo de
1940 la fuerza aérea estaba en pleno proceso de renovación; la industria
francesa no podía cumplir con el volumen requerido por lo que se
firmaron importantes contratos con EEUU para la adquisición de aviones.
Los Curstiss H-75 americanos tenían buena maniobrabilidad, pero su
armamento -4 ametralladoras- era demasiado ligero y la velocidad punta
no era idonea. El Morane-Saulnier 406 estaba en peor situación. Su
armamento era satisfactorio, pero era 100km/h más lentro que el Bf 109,
por lo que el caza alemán tenía la iniciativa en combate. La escasa
velocidad le ponía en apuros a la hora de interceptar bombarderos,
porque tras una primera pasada no podía alcanzar a los bombarderos de
nuevo. El Dewoitine fue evaluado como comparable o superior al Bf 109.
Fuentes y enlaces de interés:Este texto se basa en un artículo titulado
Les rapports des pilotes francais denoncant les carences de 1940, escrito por Michel Benichou. Se puede encontrar en la primera fuente.
- Le Fana de l’Aviation, mayo 1999, páginas 53-55.
-
http://www.cairn.info/resume.php?ID_ART ... C_202_0007-
http://kurfurst.org/Tactical_trials/109 ... 9e_tt.html