Este es el segundo libro que leo de este autor. Su primera obra -de la
que hablaré otro día- recibió excelentes críticas. Esta obra sobre el
Lancaster la tenía en el punto de mira desde hace mucho tiempo, pero
decidí esperar a que apareciese en tapa blanda. En internet se pueden
encontrar sus obras a precios ridículos. El ejemplar que tengo lo compré
por £3.16, de los que £2.80 son gastos de envío.
El autor
comienza explicando qué le animo a escribir este libro. Cuando
entrevistaba a un piloto de caza de Spitfire, este le dijo que debería
escribir un libro sobre el Lancaster y su creador, Roy Chadwick. En esta
sección creo que el autor se pasa un poco en su homenaje al Lancaster.
Sin duda alguna estaba entre los mejores bombarderos de la SGM pero
definirlo sin ninguna duda como el mejor es un análisis muy a la ligera.
El B-17 tenía peores prestaciones pero es que estaba concebido como
bombardero diurno, por lo que gozaba de mucha más protección. Eso por no
hablar del armamento defensivo, muy superior al del Lancaster. El autor
no menciona que el 50% de los producidos fue derribado o perdido en
accidente. Este es un porcentaje comparable al IL-2, un avión que ha
sido descrito en alguna fuente occidental como “mitad éxito – mitad
fracaso”.
El desarrollo del Lancaster es en mi opinión la mejor
parte del libro. Mckinstry lo describe con un estilo ameno, y explica
muy bien todos los chanchullos de políticos, industriales y militares.
Por ejemplo, Harris –comandante del Bomber Command- apreciaba tanto el
Lancaster que pidió que cesase la producción del Halifax, un aparato que
detestaba. Algunas de las diatribas contra la empresa y el avión merece
la pena leerla. “El manager de una fábrica de Stirling es un borracho
incompetente” y y Handley-Page:
“Todo
el día con sus lagrimas de cocodrilo en mi casa y oficina, haciéndome
la pelota con sus inconvincentes garantías, y dejándome con el
sentimiento creciente de que nada útil se está haciendo para que su
producto deplorable sea válido para la guerra, o que se ajuste a lo que
piden nuestras galantes tripulaciones. No se va a hacer nada hasta que
se eche a Handley-Page y su gente sea encerrada y eliminada. Lo único
que hacen es insistir en cosas triviales para retrasar los principales
problemas hasta el punto que no haya marcha atrás.
…
Con
esta gentuza, no lo podemos hacer de una manera educada. En Rusia, esto
haría mucho tiempo que se hubiese solucionado con un arma, y en este
punto soy un ferviente comunista”
Según avanza el libro,
el autor utiliza cada vez más testimonios y comentarios de pilotos. Esto
está muy bien, pero en este caso se ponen demasiadas y terminan siendo
repetitivas. Creo que el libro podría haber sido más corto, o haber
incluido algún apéndice con producción, números disponibles en el Bomber
Command, o misiones con la carga lanzada.
En algunos capítulos
el autor analiza las estrategias y equipos (bombas, miras, formaciones,
contramedidas) del Bomber Command según avanza la guerra, así como las
fricciones de Harris con sus mandos. Es difícil separar el Lancaster de
esto, pero para quien haya leído alguna obra sobre el tema, se le hará
un poco repetitivo. Hace no mucho leí la obra de Max Hastings y algunos
pasajes son muy similares, utilizando los mismos extractos de
entrevistas. Muchas de las tesis y conclusiones también muy similares.
Asimismo,
la estructura del libro es algo desordenada.. Como es de esperar, el
ataque al Tirpitz y los Dammbusters tienen un capítulo aparte. Esto es
muy conocido y el autor no aporta nada nuevo, pero el estilo es ameno.
No hubiera estado de más una foto explicando las modificaciones en el
fuselaje para cargas las bombas utilizadas contra las presas.
El
análisis del bombardeo de Dresde me pareció riguroso. El autor sostiene
que tras Normandia el bombardeo de ciudades no valía la pena porque
gracias a los nuevos métodos y miras se había logrado mejorar mucho la
precisión. Al mismo tiempo, Harris debería haber sido destituido tras la
batalla de Berlín, que casi desangra al Bomber Command y supuso una
dura derrota.
El análisis termina con algunas operaciones
ejecutadas al final de la guerra, como Exodus y Manna, en las que el
Lancaster fue utilizado como avión de pasajeros y víveres. También se
planeo enviar varios escuadrones para bombardear Japón. Finalmente se
dedica algo de espacio al uso del avión en la posguerra y sus sucesores.
La
relación calidad-precio prácticamente me obliga a recomendarlo, pero es
probable que haya obras más completas desde el punto de vista técnico.
McKinstry se centra sobre todo en las operaciones. El libro de Max
Hasting sobre el Bomber Command me parece una mejor obra si lo que se
busca es una referencia general.
Fuentes y enlaces de interés:
- Lancaster: The Second World War's Greatest Bomber, de L. McKinstry, John Murray (2010).