Hace unos meses mi amigo Miguel Fiz me recomendó este libro para profundizar en la batalla de Stalingrado. El autor, un oficial de estado mayor encargado de inteligencia, participó en la batalla y fue hecho prisionero, por lo que puede contar la batalla de primera mano.
En general la obra me ha parecido excelente, y el autor repasa muchos aspectos que suelen quedar olvidados o son simplificados. El estilo es algo seco, sobre todo en la parte de análisis. Al contrario que en otras muchas memorias, no desprecia a los soviéticos. También utiliza fuentes soviéticas para explicar algunas opiniones, lo cual era una novedad cuando fue publicado. Como curiosidad, este libro fue el primero alenán- traducido y publicado en la URSS sobre Stalingrado.
El autor divide el libro en varias partes. La primera es un testimonio desgarrador sobre la batalla. El autor cuenta con todo detalle el drama humano del VI Ejército. Acusa al régimen nazi, y a Hitler directamente, de sacrificar un ejército sin sentido alguno. El autor va desmontando los argumentos expuestos por Hitler para que se resistiese en el Volga. También es muy crítico con el hecho de que su sacrificio se viese como algo glorioso. El fracaso del puente aéreo dejó al VI Ejército sin movilidad y capacidad de ataque, por lo que los soviéticos sólo tuvieron que esperar a que cayese como una fruta madura.
En los siguientes capítulos se repasan las actuaciones de varios oficiales durante la batalla: Paulus, Von Manstein y Von Seydlitz. El autor analiza las acciones en Stalingrado, literatura, y los testimonios que escribieron después. Von Manstein se lleva la peor parte porque apoyó las decisiones de Hitler. Además intenta culpar a Paulus del desastre, a pesar de que nunca se atrevió a ordenarle de que intentase romper el cerco. También es criticado por no haberse sumado al complot del 20 de julio, y negarse a admitir que la guerra estaba perdida.
Paulus no sale demasiado mal parado. El autor recuerda que los oficiales en las diferentes escalas de mandos estaban a favor de romper el cerco: Paulus, von Weichs y Zeitzler. El autor también recuerda alguno de los comentarios hechos por Paulus tras la guerra, por ejemplo, no tenía una idea clara de los ejércitos rumanos en los flancos, y la falta de combustible obligaría a abandonar heridos y gran parte del material.
En esta sección me sorprendió que no hiciese mención al comentario d Paulus en los juicios de Núremberg. Cuando le preguntaron por los prisioneros aseguró que estaban bien. Esto causó mucha rabia cuando los pocos sobrevivientes volvieron a Alemania. Tampoco insiste en el poco carácter de Paulus, a fin de cuentas, era un producto típico apreciado por los nazis.
El último oficial en ser analizado, Von Seydlitz, es el más interesante porque apenas es mencionado en comparación a otros oficiales. Von Seydlitz, que ya había sufrido un cerco similar en Demyansk, fue de los más partidarios en retirar el VI Ejército del Volga. Si no se actuaba rápido iría perdiendo movilidad hasta convertirse en una formación estática, sin capacidad de maniobra. El puente aéreo era imposible. El autor sirvió bajo las órdenes de Von Seydlitz y le tiene en buena estima. Explica las razones por las que no cumplió las órdenes de Paulus y dio libertad a sus hombres para rendirse. Posteriormente Von Seydlitz encabezó la asociación de oficiales alemanes contrarios a Hitler, y ganó fama de traidor al final de la guerra.
El libro tiene varios apéndices. El primero es sobre literatura de la batalla. A día de hoy está anticuado porque muchas de las obras son de los años 50 y 60. Desde entonces ha aparecido mucha información, y los libros publicados en esa época en la RFA, RDA y URSS han perdido valor. La obra que se considera definitiva (trilogía de Glantz) sólo fue publicada hace años.
En otros apéndices hay traducciones de informes y escritos de oficiales. Sin duda se trata de material muy valioso, aunque hoy en día se puede encontrar en internet.
Para terminar, recomendaría el libro a cualquier persona interesada en conocer más sobre la batalla de Stalingrado. El libro se encuentra a precio de saldo. Hace falta tener un buen nivel de inglés, aunque la traducción sea muy buena.
Fuentes y enlaces de interés:
- Stalingrad: Memories and Reassessment: Memories and Reassessments, de H. Graf con Einsiedel y J. Wieder. W&N (1998).
En general la obra me ha parecido excelente, y el autor repasa muchos aspectos que suelen quedar olvidados o son simplificados. El estilo es algo seco, sobre todo en la parte de análisis. Al contrario que en otras muchas memorias, no desprecia a los soviéticos. También utiliza fuentes soviéticas para explicar algunas opiniones, lo cual era una novedad cuando fue publicado. Como curiosidad, este libro fue el primero alenán- traducido y publicado en la URSS sobre Stalingrado.
El autor divide el libro en varias partes. La primera es un testimonio desgarrador sobre la batalla. El autor cuenta con todo detalle el drama humano del VI Ejército. Acusa al régimen nazi, y a Hitler directamente, de sacrificar un ejército sin sentido alguno. El autor va desmontando los argumentos expuestos por Hitler para que se resistiese en el Volga. También es muy crítico con el hecho de que su sacrificio se viese como algo glorioso. El fracaso del puente aéreo dejó al VI Ejército sin movilidad y capacidad de ataque, por lo que los soviéticos sólo tuvieron que esperar a que cayese como una fruta madura.
En los siguientes capítulos se repasan las actuaciones de varios oficiales durante la batalla: Paulus, Von Manstein y Von Seydlitz. El autor analiza las acciones en Stalingrado, literatura, y los testimonios que escribieron después. Von Manstein se lleva la peor parte porque apoyó las decisiones de Hitler. Además intenta culpar a Paulus del desastre, a pesar de que nunca se atrevió a ordenarle de que intentase romper el cerco. También es criticado por no haberse sumado al complot del 20 de julio, y negarse a admitir que la guerra estaba perdida.
Paulus no sale demasiado mal parado. El autor recuerda que los oficiales en las diferentes escalas de mandos estaban a favor de romper el cerco: Paulus, von Weichs y Zeitzler. El autor también recuerda alguno de los comentarios hechos por Paulus tras la guerra, por ejemplo, no tenía una idea clara de los ejércitos rumanos en los flancos, y la falta de combustible obligaría a abandonar heridos y gran parte del material.
En esta sección me sorprendió que no hiciese mención al comentario d Paulus en los juicios de Núremberg. Cuando le preguntaron por los prisioneros aseguró que estaban bien. Esto causó mucha rabia cuando los pocos sobrevivientes volvieron a Alemania. Tampoco insiste en el poco carácter de Paulus, a fin de cuentas, era un producto típico apreciado por los nazis.
El último oficial en ser analizado, Von Seydlitz, es el más interesante porque apenas es mencionado en comparación a otros oficiales. Von Seydlitz, que ya había sufrido un cerco similar en Demyansk, fue de los más partidarios en retirar el VI Ejército del Volga. Si no se actuaba rápido iría perdiendo movilidad hasta convertirse en una formación estática, sin capacidad de maniobra. El puente aéreo era imposible. El autor sirvió bajo las órdenes de Von Seydlitz y le tiene en buena estima. Explica las razones por las que no cumplió las órdenes de Paulus y dio libertad a sus hombres para rendirse. Posteriormente Von Seydlitz encabezó la asociación de oficiales alemanes contrarios a Hitler, y ganó fama de traidor al final de la guerra.
El libro tiene varios apéndices. El primero es sobre literatura de la batalla. A día de hoy está anticuado porque muchas de las obras son de los años 50 y 60. Desde entonces ha aparecido mucha información, y los libros publicados en esa época en la RFA, RDA y URSS han perdido valor. La obra que se considera definitiva (trilogía de Glantz) sólo fue publicada hace años.
En otros apéndices hay traducciones de informes y escritos de oficiales. Sin duda se trata de material muy valioso, aunque hoy en día se puede encontrar en internet.
Para terminar, recomendaría el libro a cualquier persona interesada en conocer más sobre la batalla de Stalingrado. El libro se encuentra a precio de saldo. Hace falta tener un buen nivel de inglés, aunque la traducción sea muy buena.
Fuentes y enlaces de interés:
- Stalingrad: Memories and Reassessment: Memories and Reassessments, de H. Graf con Einsiedel y J. Wieder. W&N (1998).
Hola Alejandro, ¿qué te parecen los libros sobre Stalingrado de Beevor o de William Craig? Muy interesante tu reseña. Y enhorabuena popr tu blog. Es, sin duda, de lo mejor que hay en la red.
ResponderEliminarMuchas gracias Thomas. He leido el del Beevor, pero hace muchos años. Las obras de Beevor se leen con facilidad, y son muy entretenidas, pero no entran en tantos detalles como Glantz y otros autores. En muchos foros es muy criticado por su tendencia a perderse en los testimonios y su fijación en las atrocidades. No obstante, ha sido responsable de que haya vuelto a surgir cierto interés en la Segunda Guerra Mundial, que no es poco.
ResponderEliminarSaludos.