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martes, 1 de octubre de 2024

The Fall of Hitler's Fortress City: The Battle for Konigsberg, 1945, de I. Denny

Este libro lo encontré en una caridad y al tratar un tema menos conocido lo decidí adquirir. Los combates en Prusia Oriental destacaron por su dureza, ya que esta región fue la primera de Alemania a la que llegaron los soviéticos.

El libro no es muy largo y se lee con facilidad, el estilo de Isabel Denny recuerda al de Anthony Beevor, con muchos testimonios. Está escrito desde el punto de vista alemán, y las operaciones militares apenas se tocan. La autora se centra mucho más en las políticas del partido nazi, que intentó evitar la evacuación de civiles hasta el último momento.

Portada.

Índice.


El libro tiene dos inconvenientes. El primero es que abarca mucho más que los combates de 1945, prácticamente empezando con la toma del poder por los nazis en 1933. En otras críticas se ha mencionado que la autora utiliza las memorias de Guy Sajer, siempre muy discutidas, y que no se puede encontrar la referencia de Otto Lasch, general a cargo de la defensa de la ciudad (*).

Pese a todo, es una buena obra sobre Prusia Oriental. La recomendaría a todos aquellos interesados en la historia de esta región.

Fuentes y enlaces de interés:

- The Fall of Hitler's Fortress City: The Battle for Konigsberg, 1945, de Isabel Denny.
 Skyhorse Publishing (2017)

(*) Lasch sí que publicó un libro sobre la defensa de Konigsberg en 1945. Se titula "So fiel Königsberg", Así cayó Königsberg en español

martes, 31 de agosto de 2021

El Ministerio de Defensa ruso carga de trabajo a la fábrica KAPO hasta 2028

El Ministerio de Defensa de RUsia ha firmado contratos con la Fábrica de Aviación de Kazan (KAPO) para la producción de Tu-204 y Tu-95, garantizando la actividad hasta 2028. No se han dado muchos más detalles pero el valor total es de 364.000 millones de rublos, 4.950 millones de $ al cambio.

Tu-204 (russianplanes.net).


En los últimos años Rusia ha seguido adquiriendo Tu-204 para misiones especiales. Es un diseño comparable al Boeing 757 y con poco recorrido en el sector civil, pero al carecer de componentes extranjeros es inmune a embargos y/o sanciones.

Fuentes y enlaces de interés:

- https://tass.ru/armiya-i-opk/12243625

lunes, 1 de octubre de 2018

Reloj alemán de la era del II Reich

Este reloj alemán de la era del II Reich (1871 - 1918) me llamo la atención. Por aquella época Alemania aspiraba a un imperio colonial como el de Francia y Reino Unido, y a partir de la llegada de Guillermo II comenzó a construir una flota para rivalizar con la Royal Navy. Como se decía en la época "Alemania buscaba su lugar bajo el sol".



En la inscripción de arriba pone "Reloj colonial del Imperio Alemán". Debajo, justo encima del reloj "En nuestro imperio no hay puesta del sol". En la parte inferior "Nuestro futuro está en el mar".

La frase que hace referencia a la puesta de sol me recuerda a la época de Felipe II, cuando se decía que "En el Imperior Español no se pone el sol". Las referencias de las monarquías al sol eran comunes. Felipe IV fue conocido como el primer Rey Sol, título similar de Luis XIV.

Fuentes y enlaces de interés:

- https://twitter.com/klaasm67/
- https://www.abc.es/cultura/

viernes, 19 de agosto de 2016

1812: La trágica marcha de Napoleón sobre Moscú

Este libro apareció en 2004, y algunas críticas lo consideraron como uno de los mejores en su campo. El autor, Adam Zamoyski,  es de origen polaco y pudo acceder a fuentes y testimonios de varios países. Como él mismo indica, se han escrito más de 5.000 obras sobre la invasión francesa de Rusia, y las versiones han cambiado enormemente según la época y situación política.

El libro empieza en 1807, cuando los dos protagonistas se encuentran para firmar el tratado de paz de Tilsit. El joven zar Alejando queda muy impresionado por Napoleón, que trata de ganarse su favor. El acuerdo es generoso con Rusia, y Napoleón accede a mantener al rey de Prusia. Napoleón cree que se ha ganado a Alejandro, lo que le costará muy caro en el futuro.

A pesar de que ambos países son aliados –Napoleón incluso contempla casarse con la hermana del Zar- hay problemas que deterioran las relaciones. No se trata únicamente del Bloqueo Continental, que daña la economía rusa, sino también de la cuestión  polaca. Francia ha creado el Gran Ducado de Polonia, que busca recuperar regiones en Rusia. También hay tensiones sociales y religiosas. Rusia es la capital de la Iglesia Ortodoxa, y se ve a los franceses como “infieles”. Los ideales de la Revolución Francesa no son bien vistos por muchos rusos, a pesar de que las relaciones entre ambos imperios habían sido muy fluidas. De hecho, el Zar bromeaba que hablaba francés mejor que Napoleón.

Zamoyski también hace un interesante análisis de la situación en Europa Central. Muchos austriacos y alemanes recibieron con alegría a los franceses, pero la actitud cambia al ver que no se aplican los ideales de la Revolución y se comportan como conquistadores.

Los ejércitos de ambos bandos son descritos en 2 capítulos. En la opinión del autor Napoleón creó un ejército demasiado grande, lo que supuso un problema más adelante. Una parte de la artillería era de bajo calibre y poco útil. Había reclutas sin la preparación física o mental para un teatro como el ruso, y se trajeron caballos poco adecuados para su uso en caballería.

De la descripción del Ejército Ruso destaca las malas relaciones entre muchos de sus oficiales. Barclay, ministro de defensa y comandante, no era bien visto por muchos de sus compañeros, que además criticaban su origen alemán. Su estrategia de retirada tampoco era popular. Otros oficiales como Bagration eran partidarios de lanzar un ataque preventivo contra Francia.

Cuando empieza la invasión empiezan a aparecer los problemas que Zamoyski explica. Un cuerpo de caballería sufre pérdidas incluso antes de entrar en combate por falta de forraje. Todos los días se producen deserciones e incluso suicidios. Al contrario que en otros países de Europa, en Rusia  las distancias son enormes y con pocos pueblos. A los franceses les resulta mucho más complicado encontrar suministros. Napoleón tampoco está al nivel de otras campañas. No tiene un plan claro, sólo buscar una batalla decisiva y forzar a los rusos a entrar en una alianza. La retirada rusa le hace dudar. La confusión aumenta porque el Ejército Ruso muchas veces no toma decisiones claras, causadas por la tensión en los mandos. Barclay sigue con la política de retirada pero su posición cada vez es más impopular.

Napoleón toma Vilna y derrota a los rusos en Smolensk, pero sigue sin doblegar al Zar. Los rusos intensifican su política de tierra quemada y pasan a llevarse todo, incluyendo la administración local. Barclay es sustituido por Kutuzov, el héroe ruso. Zamoyski dedica muchas páginas al célebre mariscal. Es mucho más popular que Barclay pero ya es mayor. Muchas veces no comunica correctamente las órdenes, por lo que en sus ejércitos suele haber confusión. Sigue con la política de Barclay y parece temer plantar cara a Napoleón.

Ante la presión de la población y del propio Zar, Kutuzov decide plantar batalla en Borodino. Posteriormente Napoleón la describiría como su batalla más sangrienta. No se alcanzaría una cifra de bajas similar en un solo día hasta el Somme. Zamoyski utiliza testimonios para describir esta sangrienta batalla. Los franceses no identificaron correctamente las fortificaciones (de 3 barreras en vez de 2) y Napoleón ordenó lanzar un ataque frontal.

Los dos ejércitos se enfrentaron durante todo el día en combates frontales hasta quedar exhaustos. Finalmente los rusos se retiraron, lo que no impidió a Kutuzov anunciar la “victoria” al Zar. Napoleón logra una victoria pírrica, pues sufre miles de bajas pero no doblega al enemigo.

Tras la batalla Napoleón pudo ocupar Moscú. La ciudad sufre saqueos y tras varios días es incendiada.  El autor dedica muchas páginas a este capítulo y a describir la convivencia entre los habitantes y soldados. Muchos pensaron que tras ocupar la antigua capital y ciudad santa, Alejandro firmaría la paz, pero tampoco fue el caso.

Las semanas van pasando y las tropas pueden descansar, sobre todo aquellas que están basadas en la ciudad. Las que se encuentran en la afueras siguen teniendo problemas de abastecimiento. Zamoyski vuelve a criticar la indecisión de Napoleón, que quiere negociar con el Zar. En un momento incluso contempla avanzar contra San Petersburgo, donde está la corte rusa. El buen tiempo provoca que se confié, y cuando se le advierte de las consecuencias de una retirada tardía, lo rechaza, afirmando que las historias del frío en Rusia son para asustar a los niños.

El 19 de octubre empieza la retirada. Napoleón se retira por el camino de ida, que ha sido devastado por los combates. El autor es crítico porque la decisión es tardía y no se ha preparado. Había miles de heridos que habrían podido ser evacuados antes ya que no tenía sentido mantenerlos en la capital. Se podría haber hecho lo mismo con las unidades de caballería sin monturas, que no servían para nada. Todo lo saqueado ocupaba espacio y aminoraba la marcha.

La retirada de Moscú hasta Alemania es muy conocida. La Grande Armée sufrió en torno a un 90% de bajas. El autor ofrece relatos dantescos. En los siguientes meses la temperatura va cayendo hasta alcanzar -35°C. La obra está salpicada de muchos testimonios de los soldados, con terribles casos congelación. Los cosacos, que durante el avance provocaban casi risa, ahora hostigaban a los rezagados de manera continua. Zamoyski también destaca que el clima influyó más en algunas unidades que en otras. Los polacos por ejemplo se prepararon mucho más,  no sólo ellos sino también a los caballos.

Como es de esperar, se cubren los cruces del Dnieper (en Orsha) y sobre todo del Berezina, donde los rusos estuvieron cerca de embolsar a toda la Grande Armée. Gracias a los esfuerzos de los pontoneros holandeses del general Eblé, se construyeron dos puentes que permitieron cruzar el río. El autor tampoco se olvida del destino de los prisioneros de ambos bandos. En esta parte del libro me hubiese gustado que Zamoyski dediase más páginas a los rusos. Por ejemplo, el ejército de Chichagov aparece casi de la nada. Los mapas de las batallas tampoco son nada del otro mundo, pero suficientes porque los movimientos de tropas no se analizan en gran detalle.

En diciembre Napoleón se ve obligado a regresar a Francia debido a un intento de golpe de estado. Murat le sustituye al mando. El mariscal no tiene la presencia de Napoleón –enormemente popular incluso tras este desastre- y la moral y la disciplina se ven afectadas.

El libro termina con un repaso de las consecuencias y pérdidas, centrándose en Francia. Varios aliados (más bien forzosos) cambiaron de bando. Napoleón tuvo que reclutar un nuevo ejército que fue derrotado, a pesar de volver a mostrar brillantez en el campo de batalla. En Rusia muchos pensaron que se abriría una etapa más liberal pero se volvió al régimen reaccionario.

En resumen, una obra excelente y muy recomendable para cualquier aficionado a la historia. Francamente me podría pasar horas hablando sobre ella. Las ilustraciones y dibujos utilizados son de veteranos que describen la situación en toda su dureza. El mismo autor explica que no quiere utilizar los cuadros románticos con tropas formadas y perfectamente uniformadas. En total el libro tiene 550 páginas, pero se leen a buen ritmo. La edición en inglés es más barata -menos de 5 euros en algunos casos-, pero hace falta tener un buen conocimiento porque hay vocabulario muy específico.

Fuentes y enlaces de interés:

- Moscow 1812: Napoleon's Fatal March, de Adam Zamoyski. HarperCollins Publishers Inc (2004).
- 1812: La trágica marcha de Napoleón sobre Moscú, de de Adam Zamoysky (autor) y  Matilde Fernández de Villavicencio (traductor). HISTORIAS (2005).
- https://www.theguardian.com/books/2004/apr/18/historybooks.features1

lunes, 15 de agosto de 2016

Su-30MK2 ugandés aterriza sin desplegar el tren de aterrizaje

Un Su-30MK2 de la Fuerza Aérea de Uganda ha realizado un aterrizaje sin desplegar el tren de aterrizaje. El avión no parece que haya sufrido daños.


Hace unos años un Su-27 Flanker tuvo un problema similar en Bratislava. La versión oficial es que al piloto se le olvidó. Tras levantar el Flanker y bajar el tren, el avión pudo volver a Rusia sin problemas.

Fuentes y enlaces de interés:

martes, 2 de agosto de 2016

Salvar al hipopótamo Hans

Königsberg, la capital de Prusia hasta 1945, fue arrasada en la Segunda Guerra Mundial. A los bombardeos de la fuerza aérea británica le siguió un duro asedio del ejército soviético. En abril de 1945 la guarnición de la ciudad se rindió y los soviéticos se hicieron con el control.

El zoo de la ciudad no escapó a la destrucción. Apenas quedaban 4 animales vivos: un hipopótamo, un ciervo, un tejón y un burro. El primero era el que peor estaba de todos. Fue encontrado en una zanja con 7 heridas de bala, y llevaba varios días sin comer ni beber.

El 14 de abril un técnico veterinario fue asignado al hipopótamo, bautizado "Hans". La misión de Vladimir Petrovich Polonsky era salvar al animal. Su informe "Historia del tratamiento a un hipopótamo" se ha conservado en los archivos, y empieza con una descripción del paciente:

- Paciente: Hipopótamo, 18 años de edad.
- Estatura: Grande.
- Nombre: Hans.
- Presenta 7 heridas, otras dos auto infligidas.
- Lleva 13 días sin comer o beber.

Polonsky le dio de manera inmediata agua. Posteriormente pasó a leche y remolacha rallada. A los 3 días Hans dejó de comer. Polonsky no dudó y para estimular el apetito le dio 4 litros de vodka. También se le hizo un enema con 4 cubos de agua destilada. 

Hans junto a un soldado soviético (Copyrigth desconocido).

La medida funcionó, y volvió a comer. El problema es que Hans intentó salir de la zanja, pero volvió a caer al estar borracho, haciéndose otras dos heridas. La más grave de 25 x 27 cms y 4 cms de profundidad.

Tras dos semanas el animal volvió a dejar de comer. Polonsky recurrió de nuevo al vodka, despertando el apetito. El problema es que ahora sufría de estreñimiento. Después de más vodka y otro enema volvió a comer, aunque había días en los que no tenía ganas. Para solucionarlo se cambiaba la dieta.

Tres semanas después Polonsky pudo afirmar en su informe que el hipopótamo se había salvado. Un mes y diecinueve días más tarde estaba totalmente recuperado, por lo que empezó a entrenarle para que pudiese ser montado en el zoo.

Parece que Polonsky se encariño con Hans, porque escribió una carta al director del zoo de Moscú recomendando que Hans y otros animales no fuesen trasladado a la capital soviética porque sufrirían mucho con el clima, sobre todo en invierno.

Al final no hubo traslado, y el 27 de junio de 1947 el zoo de Kaliningrado abrió sus puertas. Hans estaba entre los 50 animales, y allí siguió viviendo otros 30 años

Fuentes y enlaces de interés:

- http://www.feldgrau.net/forum/viewtopic.php?t=28994
- Battleground Prussia, The Assault on Germany’s Eastern Front 1944-45, de Prit Buttar, ediciones Osprey (2010).

martes, 28 de junio de 2016

Jena 1806: Napoleon destroys Prussia

Tras leer “The Iron Kingdom” me quedaron ganas de saber más sobre la desastrosa derrota de Prusia a manos de Napoleon en 1806. No hay demasiados libros sobre esta campaña, pero este volumen de Osprey, de 97 páginas, me pareció adecuado.

El autor David Chandler hace un buen trabajo describiendo la doble batalla de Jena y Auerstedt. La estructura del libro es clásica, y empieza explicando la situación de los contendientes. Tras repasar los planes de cada uno para la guerra y los ejércitos, pasa a la acción. El estilo es claro y preciso.

En 1806 el ejército prusiano mantenía el prestigio logrado con Federico El Grande, pero lo cierto es que se había quedado anticuado. La cadena de mandos era complicada, y la coordinación entre las diferentes unidades difícil debido a la falta de oficiales de estado mayor. Todo esto queda claro a la hora de presentar una estrategia frente a los franceses. Cada oficial presenta uno diferente y no existe un objetivo claro.

El ejército francés por su parte era el más potente de Europa. Acababa de batir a austriacos y rusos en Austerlitz. Las tropas estaban fogueadas, y el uso de cuerpos permitía operaciones más rápidas e independientes. Al mando estaba Napoleón, que demostró una gran pericia a la hora de crear planes y corregir errores durante la batalla.
Ni siquiera los errores de Bernadotte y Ney pudieron frenar a los franceses.  Los prusianos se vieron lastrados por su cadena de mando y lentitud de movimientos. En varias ocasiones repitieron ataques a pesar de las grandes pérdidas y escasos resultados. La muerte de su mejor oficial, el duque de Brunswick, complicó todavía más las cosas porque obligó al Káiser Federico Guillermo III a dirigir las operaciones.

El resultado de la doble batalla de Jena y Auerstedt fue una aplastante victoria francesa. Napoleón no se conformó y persiguió a las tropas prusianas que se retiraban, tomando miles de prisioneros y entrando triunfalmente en Berlín. El corso impuso un duro tratado de paz a Prusia, que pasó a ser una potencia de segunda en Europa. Sin la mediación del Zar lo más probable es que hubiese desaparecido.

Las batallas están bien explicadas y los mapas son adecuados. En las páginas finales hay una cronología con un resumen de las acciones.  Un aspecto del libro que me pareció mejorable es que el autor dedica dos secciones al campo de batalla hoy en día y cómo se organizaría un juego de mesa/ordenador con esta batalla. Hubiese preferido más análisis de los bandos. Por ejemplo, no se comenta gran cosa del armamento. El libro es de 1993 por lo que un juego de mesa/ordenador seguro que está anticuado.

Fuentes y enlaces de interés:

- Jena 1806: Napoleon destroys Prussia, de D. Chandler. Osprey Publishing (1993).

miércoles, 20 de abril de 2016

German Infantryman vs Russian Infantryman: 1914-15

El frente este durante la Primera Guerra Mundial sigue siendo desconocido a pesar de que en los últimos años han aparecido más obras. En Occidente el frente oeste es mucho más tratado por su impacto en los principales actores, y hasta hace poco en Rusia se veía como una guerra causada por imperialistas.

Robert Forczyk  aborda este tema en este volumen de Osprey, muy similar a los “Duel“. Se trata de un autor bastante conocido por sus trabajos sobre el frente este en la Segunda Guerra Mundial (SGM). De hecho ya ha escrito  varios volumenes sobre diferentes batallas. Es de agradecer que la editorial toque un tema tan poco explorado, porque otros (como el Bf 109 frente al Spitfire) ya están muy trillados.

El resultado es muy bueno. Por la novedad y contenido es uno de los libros Osprey que más me han gustado. Forczyk hace un análisis riguroso y desmonta algunos mitos, como que el ejército ruso estaba pobremente equipado y entrenado. Lo cierto es que en varios aspectos era superior a los alemanes porque había adquirido experiencia muy valiosa en la guerra contra Japón, y conocía el efecto de las ametralladoras o alambradas. Un buen  ejemplo son los uniformes y equipo. Los del ejército ruso eran cómodos y sencillos, y se evitaba cargar demasiado al soldado. Los de los alemanes mantenían algunas tradiciones absurdas, como el casco de pico con el nombre del regimiento en grandes letras por encima de la frente. Esto iba en contra de toda lógica porque facilitaba la identificación de las unidades y la identificación del enemigo. Además no contaban con equipo de invierno, lo que costó miles de bajas en invierno.

La estructura del libro es la típica de estos volúmenes. Empieza con una introducción y análisis de los  bandos. Sigue con un análisis de 3 batallas; y termina con una sección explicando el desarrollo de la guerra a partir de la fecha. 

Personalmente la parte que más me gustó fue la primera. Cuando muchos autores tratan este tema casi siempre se centran en el lado alemán, pero en este caso hay fuentes de ambos bandos. En esta sección Forczyk argumenta que el nivel de las tropas era comparables, con ventajas y desventajas. Como se ha comentado antes, los rusos tenían más experiencia reciente. Los soldados, reclutados en las regiones eslavas del Imperio, eran tenaces y estaban bien entrenados. El principal problema era que desde 1905 la situación social en Rusia era tensa, hasta el punto de que el ejército prefería reclutas del campo porque no habían conocido la atmosfera en las ciudades, y al no saber leer eran menos vulnerables a la propaganda. La logística y falta de reservas era sin duda el talón de aquiles. Rusia apenas disponía de unas pocas fábricas de munición y estaban lejos del frente; y los oficiales de remplazo no estaban a la altura de los activos.

El análisis del bando alemán también me gustó. En 1914 sus ejércitos contaban con varias ventajas. Al operar en Prusia Oriental se podía utilizar la línea ferroviaria para transportar tropas. El entrenamiento de las unidades era bueno, tanto el de las unidades activas como el de las reservas (aunque no estaban al mismo nivel). El servicio militar en Alemania era popular y el ejército ponía empeño en crear un “esprit de corps”.
 
La narración de las batallas es buena. En ellas también se incluyen algunas limitaciones de la época, como las comunicaciones. En varias ocasiones las tropas atacan sin tener una idea clara del enemigo. Las explicaciones vienen acompañadas de mapas a nivel de regimiento. Quizás algún mapa con la situación general hubiese ayudado para entender algunos movimientos previos a las batallas.

En la parte final, el autor añade algunos datos interesantes para apoyar su tesis. En los 6 primeros meses Rusia sufrió unas 650.000 bajas, y los alemanes unas 330.000. El radio (2:1) no es tan aplastante si se tiene en cuenta que los rusos operaban en posiciones expuestas y con problemas logísticos. Posteriormente los alemanes no pudieron avanzar haia Varsovia. Además, habían infligido una dura derrota a los austriacos. El principal problema era que la falta de suministros y remplazos iba a afectar al ejército al año siguiente.

Fuentes y enlaces de interés:

- German Infantryman vs Russian Infantryman: 1914-15, serie Combat, de Robert Forczyk  (autor), y Adam Hook (ilustrador). Edicicones Osprey Publishing (2015)

viernes, 27 de febrero de 2015

Iron Kingdom: The Rise and Downfall of Prussia, 1600-1947

Este libro fue uno de los que más tiempo me llevó leer en el 2014. En total son más de 800 páginas, de las que casi 700 son de texto. La edición que adquirí fue la de tapa blanda, publicada en el 2007. En internet se encuentra a precios muy asequibles. El estilo varía bastante depediendo del tema; en general es bastante denso.

Prusia ha sido siempre un imperio que ha fascinado a muchos historiadores. Gracias a una serie de victorias militares en las épocas de Bismarck y Federico el Grande, su ejército siempre se asocia a la disciplina y efectividad. A pesar de ello, es la única de las principales europeas que ha desaparecido completamente. Hoy en día su territorio ha quedado dividido entre Polonia, Rusia y la República Federal Alemana.

A pesar de la fama, apenas hay libros que se centren en la historia de Prusia. El historiador Christopher Clark viene a cubrir gran parte de este hueco con esta obra, que sobresale en muchos aspectos. El libro narra la existencia de Prusia desde el siglo XVII hasta la disolución de Prusia Oriental tras la Segunda Guerra Mundial. El autor cubre todos los campos: político, cultural, educacional, financiero, religioso y militar.

En la primera parte del libro se analiza la ascensión de Prusia a potencia de Europa central, rivalizando con Austria. Antes hay una introducción al nacimiento en 1417, cuando Frederick Hohenzollern adquirió los derechos de Brandemburgo al emperador Sigismundo. A base de diplomacia, matrimonios y alianzas el ducado de Brandemburgo se va asentando dentro del Sacro Imperio Germánico. La Guerra de los 30 Años es analizada en mucho detalle porque Brandemburgo sufrió enormes daños humanos y materiales. En esta parte se destaca el papel de Federico Guillermo, el gran elector (der Große Kurfürst), clave en la creación de un ejército efectivo y en la consolidación del ducado. Gracias a una inteligente política de alianzas, Brandemburgo pasa a controlar Prusia, antes propiedad de los reyes polacos. En 1701 convierte en reino. En esta parte tampoco se descuidan los aspectos económicos y sobre todo religiosos. En Europa central había un delicado equilibrio entre catolicismo, protestantismo y calvinismo, y Prusia no era ajena a ésto.

Los siguientes reyes darán mucha importancia a mantener buenas relaciones con Austria, que sigue siendo la principal potencia. Esta vendría a ser la segunda parte del libro. Federico Guillermo I perfeccionaría el ejército y crearía una eficiente administración, que fue heredada por su hijo, el famoso Federico El Grande. Tras declarar la guerra a Austria, conquista la rica provincia de Pomerania, alterando el equilibrio en el Sacro Imperio Germánico. Esto causa 3 guerras, conocidas como las de Silesia. En muchos momentos Prusia está al borde de la derrota, pero los problemas de coordinación de sus enemigos y diferentes circunstancias –la muerte de la Zarina Caterina la Grande- permiten una paz ventajosa. En estos capítulos el autor no olvida otros aspectos del reinado de Federico El Grande, como la tolerancia religiosa, la reforma de la educación, la economía, y la construcción de muchos edificios públicos en Berlín. Otros aspectos más negativos, como su odio a los polacos y prejuicios contra judíos también se mencionan.

Prusia llega a la época napoleónica con un enorme prestigio, pero los sucesores de Federico el Grande no fueron capaces de mantenerlo en el campo de batalla. Su sucesor, Federico Guillermo II era un rey popular y contribuyó al desarrollo de las artes y música, pero su política exterior fue un desastre.

Este aspecto no mejoró con su hijo Federico Guillermo III. Perdió la oportunidad de unirse a las potencias de la Tercera Coalición, y tuvo que enfrentarse  en solitario a la Grande Armée de Napoleón. El ejército era más grande que el de Federico el Grande, pero no había sido reformado como el francés y fue derrotado estrepitosamente en la batalla de Jena-Austerstadt. Esta victoria es una de las más brillantes de Napoleón.

Tras la derrota Prusia pierde gran parte de su territorio y pasa a ser una potencia de segunda. Napoleón impone a Federico Guillermo III un tratado de paz humillante.

Aprendiendo de las derrotas, el rey nombra a ministros reformistas y la suerte vuelve a sonreír en 1813. Napoleón es derrotado en Rusia y Prusia se une a la coalición. En el congreso de Viena logra ganancias territoriales, pero no se anexiona completamente Sajonia, principal objetivo.

Con las guerras napoleónicas concluidas, el autor narra la siguiente fase, que va hasta las revoluciones de 1848. Casi todo el contenido hace referencia a los problemas de Prusia para dotarse de una constitución moderna al estilo británico. Los monarcas prusianos eran muy conservadores y veían con malos ojos que “hubiese un trozo de papel entre él y sus súbditos”. Tras la revolución de 1848 se hacen algunas concesiones. El rey se ve obligado a ceder y crea una asamblea, pero esta no logra acordar una constitución. El rey termina aprobando una muy monárquica y limitada en los derechos civiles.

La mayoría de los puntos negativos empiezan en esta parte. Hasta ahora todos los campos han sido tratados en detalle, pero en este punto el libro se queda sin fuelle y empieza a tratar las cosas de una manera breve. La guerra de 1870 frente a Francia es resumida en unas líneas. El periodo de Bismarck, la unificación alemana y el crecimiento económico se analiza, pero sin tanto detalle. La política exterior es casi inexistente. Posteriormente llega a la Primera Guerra Mundial. El autor ni menciona la invasión rusa de Prusia en 1914, clave en los acontecimientos posteriores. Su opinión sobre el Reich alemán me parece correcta –un gigante industrial liderado belicistas- pero decepciona el escaso contenido.

Tras la Primera Guerra Mundial viene la integración de Prusia en la nueva república, y como algunos aspectos positivos (la eficiente administración, legislación laboral) pueden ser rescatados. El autor destaca que hubo mucha resistencia de varios políticos prusianos al régimen nazi, pero este finalmente se hizo con el poder.

El punto final llega con la disolución de Prusia Oriental y la evacuación/expulsión de la población alemana. Aquí tampoco hay mucho detalle, a pesar de que hoy en día es más sencillo acceder a archivos soviéticos. Este proceso apenas ha sido estudiado en detalle, por lo que el autor pierde una oportunidad de oro.

La obra me ha parecido excelente, pero creo que está desequilibrada. Hay un “bajón” tras la Revolución de 1848 que desequilibra el libro. Por ejemplo, las diferencias entre piestismo, luteranismo y calvinismo son tratadas ad nauseum, pero apenas detalla la abdicación del Kaiser o la Revolución de 1918. Es probable que sea un fallo de la editorial y no del autor, que es un auténtico experto. A pesar de todo, recomendaría sin ninguna duda el libro a cualquier interesado en la historia de Prusia, aunque hace falta un buen nivel de inglés. No parece que haya una traducción al castellano.

Fuentes y enlaces de interés:

- Iron Kingdom: The Rise and Downfall of Prussia, 1600-1947, de C. Clark, Penguin (2007).

domingo, 5 de enero de 2014

Zorndorf 1758: Frederick Faces Holy Mother Russia

Desde hace unos meses estoy leyendo libros y viendo documentales sobre Federico El Grande de Prusia, uno de los monarcas más famosos de Prusia. La guerra de los 7 años fue una etapa crucial en su reinado, pues una serie de decisiones poco acertadas le pusieron frente a Austria, Francia y Rusia. Las dos primeras eran dos de las principales potencias europeas de la época, mientras que Rusia se afianzaba. Por ello, Federico tuvo que batirse en varios frentes contra estos enemigos.

El monarca prusiano inicialmente despreció a los rusos, a los que veía como una banda de bárbaros incompetentes, pero tras la primera gran batalla contra ellos, en Zorndorf, su opinión cambió. Pasó a tener un enorme respeto por el gigante ruso. Su política exterior en los siguientes años estaría destinada a mantener una buena relación con los Zares.

El autor de este libro es un oficial del ejército británico, Simon Millar. Las 96 páginas dan de sobra para hacer un estudio bastante detallado de la batalla. En algunas secciones Millar prefiere referirse a otras obras de Osprey para no repetir temas. Ante esto hay opiniones de todo tipo. A mí me parece bien porque estas obras son fácilmente accesibles.

La estructura es típica de estos libros. Comienza con una introducción, cronología, líderes y ejércitos. En esta obra no hay sección sobre los planes de ambos bandos, pero la introducción que se hace de la campaña en el río Oder (17 páginas), explica bastante bien la situación de la guerra.

El autor se basa sobre todo en fuentes alemanas para describir la batalla a lo largo de 40 páginas. Los mapas y esquemas son bastante buenos. En mi opinión el autor no es demasido crítico con Federico, y carga contra sus generales, algunos de los cuales no entendieron correctamente el plan de batalla. Si bien este punto es cierto, el autor omite el escaso reconocimiento realizado. Tampoco es que su plan fuese especialmente original. Federico tuvo suerte que su rival en la batalla, William Ferdor (de origen británico), no estuvo en el campo de batalla durante gran parte del día.

La batalla se convirtió en una carnicería para ambos bandos. Los rusos perdieron el 45% de sus tropas, y los prusianos el 35. La situación tuvo muchos momentos dramáticos en ambos bandos. Por ejemplo, cuando un regimiento prusiano comenzó a retirarse presa del pánico, Federico personalmente enarboló una bandera para mantener el orden. El debate sobre quien ganó la batalla dura hasta hoy. Los rusos sufrieron más pérdidas pero se mantuvieron en el campo de batalla, aunque luego se retiraron. Federico no pudo asestar un golpe definitivo a los rusos, que siguieron en terreno alemán. Probablemente fue una victoria táctica prusiana pero también una derrota estratégica. Los prusianos sufrieron demasiadas bajas para un resultado que no fue decisivio. Además tenían otros dos frentes abiertos. El libro termina con unas conclusiones y narra los acontencimientos posteriores. En las últimas páginas se desvía un poco del tema, hablando de Berlín, campos de concentración y tiendas de militaria.

Que yo sepa esta es la única obra dedicada exclusivamente a esta batalla. En estos casos las obras de Osprey están muy bien, y en 96 páginas logran describir los eventos con bastante detalle. A pesar de que se podrían mejorar algunos aspectos (uso de fuentes rusas) es un libro recomendable.

Fuentes y enlaces de interés:

- Zorndorf 1758: Frederick Faces Holy Mother Russia, de S. Miller Osprey Publishing (2003).

miércoles, 27 de abril de 2011

Battleground Prussia, The Assault on Germany’s Eastern Front 1944-45

A este libro le eché un ojo desde que se anunció su publicación. La campaña en Prusia Oriental se toca en muchas obras, pero de manera breve porque queda relegada a un segundo plano por el avance a Berlín. Aunque suelo resaltar la brevedad de las series Osprey, este es un libro de 482 páginas incluyendo apéndices y bibliografía.

En líneas generales la obra de Pritt Buttar me ha gustando bastante. El autor ha utilizado para su obra diarios de unidades alemanes, testimonios, biografías y alguna fuente rusa. Otros datos más generales se basan en obras de Glantz, Merridale o Zaloga. El libro está casi completamente narrado desde el punto de vista alemán, aunque incluye algunos testimonios de oficiales soviéticos.

Con 15 capítulos, Buttar cubre la campaña empezando con una introducción sobre Prusia y su tumultuosa historia en el siglo XX. El primer capítulo hace un repaso de la guerra en el este centrandose en 1944. El autor retrata con precisión la enorme inferioridad de los alemanes, y los problemas para formar unidades. En esa época se estaban formando divisiones Volksgrenadier, formadas por hombres pasados de edad, personal de la Kriegsmarine/Luftwaffe, y jóvenes sin ninguna experiencia. Muchos pagarían con su vida la falta de entrenamiento.

Los dos siguientes capítulos narran los primeros combates en suelo alemán, el embolsamiento del grupo de ejércitos norte, y las atrocidades soviéticas. Buttar también resalta la obsesión de Hitler de controlar todos los movimientos de tropas, mientras que el ejército soviético es cada vez más flexible.

La ofensiva soviética en Enero de 1945 y el avance hacia Prusia es tratada en los capítulos 4-7. El rítmo es bueno y el estilo muy entretenido. Sin embargo el autor apenas hace referencia a las operaciones aéreas, más que comentar que la superioridad soviética era total. Si bien es cierto, la Luftwaffe realizó un gran esfuerzo entre finales de 1944 y Febrero de 1945 para defender el frente este. Tras el inicio de la ofensiva en Enero, la Luftwaffe envió seis Jagdgeschwader (alas de caza), dejando sin protección al frente oeste.

Los capítulos 8-10 siguen con la caida de Pomerania, el cerco de Prusia, y sobre todo con la evacuación de civiles por via naval. El libro ofrece una versión muy detallada, e incluye las catástrofes del Wilhem Gustloff o Goya. El autor durante su obra resalta la actitud de los jerifaltes nazis, que se negaron a ordenar evacuaciones con prontitud, interferían en asuntos militares, o utilizaban valiosos recursos con fines familiares.

Los 3 siguientes capítulos explican la caida de las bolsas alemanes en Konigsberg, Heligenbeil y Danzig. La falta de víveres, vehículos y soldados es un elemento central en las 3 batallas. Los alemanes no pueden oponerse a la potencia de fuego del ejército soviético, que se apoya en ella para evitar bajas. Merece la pena destacar la ayuda prestada por la Kriegsmarine en estos combates. Los cañones del Prinz Eugen y otros navíos fueron utilizados con la ayuda de observadores para frenar los soviéticos. La precisión y poder destructor de estos navios se ganó el respeto de ambos bandos.

Finalmente, los dos últimos capítulos narran los episodios finales de la guerra (suicidio de Doenitz, gobierno de Doenitz) y la repartición de Prusia entre Polonia y Rusia. Churchill tenía aprendida la lección de la Primera Guerra Mundial y vio la deportación de la población alemana como una manera de evitar problemas en torno a minorías étnicas. El hecho de que los soviéticos mostrasen tan poca oposición a la evacuación naval puede deberse a que era una manera de facilitar el abandono de territorios por la población alemana.

Aparte de la falta de información sobre las operaciones aéreas, los mapas son escasos y de poca calidad. En algunas ocasiones cuesta seguir el rítmo de la narración. También hay algunos errores en los títulos de algunas fotos. En cualquier caso, el autor ha abierto un blog donde se pueden descargar más mapas e información.

Lista de capítulos:

Introducción – los eslavos y los teutones.
1. Fritz e Iván.
2. Memel.
3. Nemmersdorf.
4. Las últimas Navidades.
5. El castillo de naipes – la gran ofensiva de Enero.
6. Cherniakhovsky y el valle del Pregel.
7. Rokossovsky alcanza la costa.
8. Cercados en Prusia Oriental.
9. Hannibal – la evacuión por el Báltico comienza -.
10. La riviera de la oscuridad y la caida de Pomerania.
11. Heilingebeil – entre el diablo y el profundo mar azulado-.
12. Konigsberg.
13. Danzig.
14. El último mando.
15. La larga traversía a casa.

Fuentes y enlaces de interés: 

- Battleground Prussia, The Assault on Germany’s Eastern Front 1944-45, de Prit Buttar, ediciones Osprey (2010).