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jueves, 17 de mayo de 2018

El instante más oscuro

En los últimos años la figura de Winston Churchill ha vuelto a ganar notoriedad gracias a series como The Crown. En esta película Gary Oldman gana un merecidísimo Oscar en su papel de Churchill al ser nombrado primer ministro el 10 de mayo de 1940. El nuevo primer ministro británico lo tiene todo en contra, la mayoría del parlamento prefería a Lord Halifax, y muchos le reprochan la costosa derrota en Noruega y varios desastres de la Primera Guerra Mundial.

En Francia la situación es desesperada, los panzer no dejan de avanzar y se están perdiendo los puertos del canal, vitales para poder evacuar el BEF (British Expeditionary Force). Nada parece detener a los alemanes.


Un aspecto que me gustó mucho es la excelente ambientación. El War Cabinet Room es idéntico al de la época, y la atmosfera depresiva y derrotista se refleja muy bien. También se detallan decisiones que no son sencillas de tomar, como sacrificar a 4.000 hombres en Calais para poder evacuar el grueso de las tropas.

Como suele pasar, hay algunos aspectos del guion que no están probados. No hay pruebas de que Lord Halifax y Neville Chamberlain intentasen desbancar a Churchill del poder cuando fue nombrado.

Fuentes y enlaces de interés:

jueves, 22 de marzo de 2012

Hitler y el milagro de Dunkerque

La evacuación de Dunkerque ha pasado a la historia como uno de los acontecimientos más importantes de la Segunda Guerra Mundial (SGM). El “milagro” de las playas francesas es bastante conocido, y celebrado en Inglaterra como uno de los momentos decisivos de la guerra. Después de la guerra, muchos oficiales alemanes e historiadores reponsabilizaron a Hitler de la evacuación. Al detener los panzer, el ejército alemán perdió una oportunidad de oro para destruir al BEF y quien sabe, decidir la guerra a favor de Alemania.

Antes de examinar las decisiones de Hitler y los generales alemanes, merece la pena hacer un pequeño resumen de los acontecimientos que le precedieron. El 10 de mayo los alemanes comienzan la invasión de Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Francia. Al contrario que en 1914, el principal ataque alemán discurre a través de las Ardenas, un punto débilmente defendido por los aliados. Estos envían sus mejores tropas a Bélgica, directas a la trampa alemana. Las divisiones panzer logran una ruptura en el frente de Sedán y avanzan rápidamente al Canal de la Mancha. La Luftwaffe barré a los anglofranceses y crea un auténtico paraguas antiaéreo.

Zoom in (real dimensions: 800 x 623)Imagen
Matilda Mk-I cubriendo la retirada de los soldados británicos a Dunkerque (http://www.waralbum.ru)

En unos pocos días la situación se vuelve dramática para los aliados. La situación del British Expeditionary Force (BEF) es muy delicada. El 21 de Mayo los alemanes llegan al estuario del Somme, y aíslan a todas las tropas aliadas al norte del río Somme. Ese mismo día, los británicos lanzan un contraataque en Arras. La operación no se coordina bien con los franceses, y no pueden participar todas las unidades planeadas, pero inicialmente logra sembrar el pánico entre los soldados de la 7 Panzer Division, comandada por el famoso Rommel. Finalmente, los cañones de 88mm logran destruir la mayoría de carros británicos, invulnerables a los cañones anticarro de 37mm.

El contrataque de Arras no tuvo serias consecuencias, pero consigue aumentar el nerviosismo entre los alemanes. Estos son víctimas de su propio éxito. En 15 días están logrando lo que sus padres no consiguieron en 4 años. Hasta el momento las bajas han sido ridículas en comparación al matadero de 1914-18, pero la cadena de mando muestra cierto nerviosismo. El rápido avance de los panzer ha dejado atrás a la infantería, y Hitler teme un contraataque aliado. En este aspecto Rommel no contribuyó precisamente a aliviar tensiones. Su división panzer quedaba incomunicada cuando le convenía, hasta el punto que fue bautizada como la “división fantasma”. Cuando informó sobre el contraataque en Arras, informó que los aliados estaban utilizando cientos de carros, cuando en realidad eran 58 Matilda Mk-I y 16 Matilda Mk-II.

A pesar de los problemas, los alemanes seguían avanzando. Una vez alcanzado el canal, procedieron a ocupar puertos al norte. Cada uno conquistado apretaba más la soga al BEF, ya que sus 300.000 hombres necesitarían una instalación portuaria.

En unos pocos días la situación se vuelve dramática para los aliados. La situación del British Expeditionary Force (BEF) es muy delicada. El 21 de Mayo los alemanes llegan al estuario del Somme, y aíslan a todas las tropas aliadas al norte del río Somme. Ese mismo día, los británicos lanzan un contraataque en Arras. La operación no se coordina bien con los franceses, y no pueden participar todas las unidades planeadas, pero inicialmente logra sembrar el pánico entre los soldados de la 7 Panzer Division, comandada por el famoso Rommel. Finalmente, los cañones de 88mm logran destruir la mayoría de carros británicos, invulnerables a los cañones anticarro de 37mm.


Bolsa de los ejércitos aliados al norte de Francia (21 Mayo - 6 Junio 1940) [via wikimedia, hacer click]

Por fin, la suerte sonríe a los británicos. La 10 Panzer Division debía ayudar a la 7 de Rommel en su avance hacia Dunkerque, pero se mantiene en reserva 24 horas en caso de que los aliados vuelvan a atacar en Arras. Esto fue crucial, ya que en caso contrario es probable que los alemanes hubiesen tomado Dunkerque sin mucha resistencia. El BEF todavía se estaba retirando y no habían posiciones defensivas.

El 23 de Mayo los alemanes vuelven a parar sus panzer. Von Kleist, al mando del Panzer Korps Kleist (XIX y XLI Panzer Korps) informa a Von Kluge (comandante del 4 Ejército) de que sus divisiones panzer están desgastadas, y no son lo suficientemente fuertas como para avanzar hacia el este o resistir un contraataque aliado mientras que no se solucione la situación en Arras. Von Kluge está de acuerdo y así informa a Von Rundsdedt. Este apoya la decisión y Von Kluge ordena detener los panzer con una orden emitida a las 8:00PM del 23 de Mayo. Hitler no firma la orden hasta las 11:30, y lo hace a sugerencia de Von Runsdedt. Las órdenes del alto mando también hacien hincapié en la importancia del Grupo de Ejércitos B (Von Bock), que debía atacar desde el sur para crear una tenaza.

Esto no significa que hubiese otros oficiales con diferente opinión. La más conocida es la de Guderian, pero Von Brautisch -jefe del estado mayor- dio permiso a las tropas a avanzar, pero Von Rundstedt lo evitó, afirmando que se debía esperar a la infantería y que en caso de ataque, no habría mucho apoyo aéreo. La orden se mantuvo hasta el 27 de Mayo, cuando Hitler, tras consultar con Von Rundstedt, anula la orden.

Finalmente, hay otro episodio poco conocido. En el 28-29 Mayo, Guderian, Von Kleist y Von Kluge deciden que utilizar divisiones panzer para reducir las posiciones británicas causará pérdidas extra. En su opinión, es mejor ahorrar pérdidas y preparar la siguiente fase de las operaciones, que implican un avance hacia el sur del rio Some. Como en la anterior ocasión, Hitler no interviene en esta decisión.
Los británicos lograron evacuar 338.226 soldados hasta el día 4 de Junio. De estos, unos 120.000 eran franceses. Otros 30.000-40.000 fueron capturados por los alemanes tras la caída de Dunkerque. Si las cifras se comparan a los objetivos iniciales, la operación fue un éxito. Inicialmente se pensaba sacar de Francia a unos 30.000 soldados del BEF, menos de diez veces lo conseguido.

A pesar del milagro, la retirada de Dunkerque fue el punto final en una serie de derrotas británicas en Francia. Prácticamente se había perdido todo el material del ejército. De 2794 cañones enviados a Francia, se perdieron 2492. De 68.618 vehículos se perdieron 63.879. La RAF perdió 933 aviones. Las bajas ascendían a 66.426 hombres: 11.014 fallecidos, 14.074 heridos y 41.338 MIA/POW.

¿Es criticable la decisión de los alemanes?

Desde mi punto de vista, no creo que la decisión de parar los tanques fuese tan criticable. El objetivo alemán dentro del plan Fall Gelb era aislar a los ejércitos aliados que avanzarían hacia Bélgica. El plan funciono perfectamente, y se cumplieron todos los objetivos. Nadie contaba con un rápido derrumbe de los franceses.

En Mayo de 1940 los oficiales alemanes no tenían la perspectiva actual. En la Primera Guerra Mundial Alemania se había desangrado durante 4 años tras rozar la victoria en el frente occidental. No sorprende que se quisiese rematar a los franceses. Incluso tras las pérdidas de Junio, Francia seguía contando con 64 divisiones y los puertos de Cherburgo para hacer llegar refuerzos del Reino Unido. A principios de Junio, cuando comienza la segunda fase de la batalla de Francia, las divisiones panzer han podido descansar y reavituallarse, por lo que las plantillas corresponden a un 70% de antes de la invasión.

A pesar de los mitos, Hitler no jugó ningún papel importante, tan solo ratificó las órdenes del estado mayor. Tras la guerra muchos oficiales decidieron escribir sus memorias bajo un punto de vista particular: culpar a Hitler de todos los errores y manifestar que sin sus intervenciones, la guerra se podría haber ganado. El caso de Von Rundstedt es excelente. Primero pidió a Hitler detener los panzer, y tras la guerra le acusó de “no cerrar la trampa” en Dunkerque.

Finalmente, la salvación del BEF no supuso ninguna victoria terrestre de los británicos. Los alemanes se impusieron en Grecia, Yugoslavia y el norte de África hasta bien entrado 1942. En Francia, las pérdidas alemanas fueron pequeñas –minúsculas frente a las de la PGM-:

Bajas sufridas por Bélgica: 23.350.
Bajas sufridas por Holanda: 9.779
Bajas sufridas por Francia: ~90.000 muertos y 200.000 heridos.
Bajas sufridas por Alemania: 27.074 muertos, 111.034 heridos, 18.384 MIA/POW.

Fuentes y enlaces de interés

- Dunkirk: Fight to the Last Man, de Hugh Sebag-Montefiore, Penguin (2007)
- http://www.ibiblio.org/hyperwar/UN/UK/U ... ers-6.html

lunes, 30 de enero de 2012

Dunkirk: Fight to the Last Man

Este libro lo pude ojear en una librería hace uns años. Me gustó mucho pero decidí esperar a que apareciese una versión de bolsillo, má económica. Hace unos meses lo compré por un precio que casi da risa: 2.74 más gastos de envio. La primera impresión de la obra es excelente. En total son casi 700 páginas. La sección de bibliografía y referencias es de más de 100. Este sin duda es un punto fuerte del libro. El autor visitó archivos en EEUU, Alemania, Bélgica, Francia, Reino Unido y hasta la República Checa. Otra fuente de datos para su libro fueron los testimonios y entrevevistas de antiguos combatientes. Finalmente, también hace uso de otras obras, y datos de asociaciones de ex-combatientes.

El título de la obra se refiere a Dunkerque, pero abarca mucho más. La evacuación en sí sólo comienza a explicarse en la página 375. En total son 3 partes con 36 capítulos:

Part 1: The German attack
1) Moment of truth.
2) The BEF arrives in France.
3) The Mechelen Affair.
4) The Final Warning.
5) The Matador´s cloak.
6) Charging Bull.
7) Into Battle.
8) Over the River Meuse.
9) Flight.
10) Battle of the Bulge.
11) Lambs to the slaughter.
12) The Arras Counter Attack.
13) We Stand and Fight.
14) Escape from Arras.

Part 2: The evacuation
15) Boulogne and the Useless Mouths.
16) Evacuation of Boulogne.
17) Calais and the French Complaint.
18) Calais – Fight to the Finish.
19) Lucky Breaks.
20) Siege at Cassel.
21) Surrounded at Le Paradis.
22) Massacre at Le Paradis.
23) Manhunt.
24) Crisis in the North.
25) Up the Glosters.
26) Massacre at Wormhout.
27) Escape to Dunkirk.
28) The Dunkirk Armada.
29) Beached.
30) Entente Cordiale.
31) Evacuation.
32) Rearguard.
33) Mission accomplished.
34) Payback

Part 3: After Dunkirk
35) Sacrifice of the 51st Highland Division.
36) The Sinking of Lancastria.

La primera parte me pareció excelente. El estilo de la obra me recuerda a las de Max Hastings, amenas pero con mucho datos. En esta parte se nota el trabajo de investigación del autor, porque las explicaciones del affair de Mechelen o las defensas francesas en Sedan son de primera.

Como ya he mencionado, el análisis de las defensas francesas es excelente. Casi todos los autores se limitan a explicar que las mejores divisiones francesas estaban en el norte, esperando a entrar en Bélgica una vez que los alemanes entrasen en este país. En Ardenas sólo había reservistas. Montefiore da muchos más y explica la falta de armas pesadas, minas y cañones AT en el sector. Los combates tras la ruptura alemana también son muy interesantes, e ilustran los problemas de los carros franceses (escasa autonomía, uno en números reducidos...).

La segunda y tercera parte me gustaron menos. A partir del capítulo de Boulogne el autor comienza a utilizar demasiados relatos, y algunos capítulos son una serie de ellos junto a algo de información de la situación. Al mismo tiempo, los relatos suelen ser de soldados o situaciones que acabaron con medallas, o donde destacó la gallardía -gallantry-. Con ello se pierde un poco el hilo narrativo. Por ejemplo, en el norte de Dunkerque los belgas cubrieron a los británicos hasta su rendición, pero no se explica cómo llegaron hasta allí. Tampoco explica por qué los alemanes lanzan determinados ataques. Es una lástima porque en la primera parte el autor analiza muy bien el famoso “Plan Amarillo”.

A pesar de lo que comento arriba, se puede añadir que algunas acciones descritas son menos románticas: oficiales que tienen que ejecutar a algún soldado presa del pánico, hombres que dispararan contra alemanes que se intentaban rendir, el sufrimiento de los heridos, el comportamiento de algunas personas en los naufragios...

Algunas críticas afirman que el autor ocupa demasiado espacio explicando matanzas llevadas a cabo por tropas alemanas (Le Paradis, Vinkt, Wormhoundt...). Estas no tienen mucho que ver con Dunkerque y el autor dedica un capítulo a cada uno. Merece la pena recordar que otros autores como Anthony Beevor han sio criticados por lo mismo. Sin duda se trata de un tema polémico, pero en este caso el autor las situa dentro de un orden, porque la obra cubre mucho más que Dunkerque.

En la parte final es muy interesante la tensión entre franceses y británicos. El gobierno de Churchill ve que la situación en Francia es desesperada pero no quieren ignorar a sus aliados franceses, que no aceptan de buen grado la retirada del BEF (British Expeditionary Force). En la operación de embarque, el autor no olvida los problemas entre soldados franceses e ingleses por la prioridad a la hora de embarcar. También se explica bien la supuesta orden de Hitler de parar los panzer. Con el uso de archivos de la época, Montefiore demuestra que Hitler se limitó a dar luz verde a una orden de Von Rundsdedt, que contaba con el apoyo de otros mandos. Tras la guerra muchos oficiales culparon a Hitler de todos los fallos para no manchar su reputación, y “demostrar” que si Hitler hubiese sido aparato, la guerra se hubiera podido ganar, pero eso ya es otra historia.

Los mapas del libro varían en la calidad. Para facilitar el seguimiento hay números con reseñas y referencias al texto. En la primera parte, donde el autor describe acciones de divisiones y grupos de ejércitos, están bien. El problema es cuando comienzan los relatos, que suelen ser a nivel de sección o regimiento. Entonces cuesta bastante más seguir el libro.

El libro termina con episodios ocurridos tras Dunkerque, como el hundimiento del Lancastria o la destrucción de 51st Highland Division. Esperaba que hubiese una sección sobre la importancia de Dunkerque. A pesar de que las previsiones eran de 45.000 soldados, se lograron evacuar más de 300.000.

A pesar de los puntos negativos, el libro es muy recomendable para cualquier aficionado a la Segunda Guerra Mundial, sobre todo la campaña de Francia, y está disponible a precios muy ajustados.

Fuentes y enlaces de interés:

- Dunkirk: Fight to the Last Man, de Hugh Sebag-Montefiore, Penguin (2007).