La Fábrica de Aviones de Odesa se ha visto involucrada en un nuevo escándalo, producido entre 2009 y 2011. En este periodo la empresa cumplía un contrato para la reparación de MiG-23 angoleños. Según la versión de la fiscalía la empresa falsificó el origen de los repuestos utilizados, y se utilizaron componentes de MiG-23 ucranianos. Lo más grave es que un MiG-23UB angoleño fue sustituido por otro UB ucraniano. Este último operaba con el 894° IAP antes de ser retirado a finales de los 90.
MiG-23 angoleño (vía diana-mihailova.livejournal.com)
Con los MiG-21 croatas ocurrió algo similar. Básicamente se obtienen piezas de diferentes aviones y se esconde su origen. El cliente termina con lo que se conoce como un “avión Frankestein”. Esto no es necesariamente un problema, ya que la canibalización es común a la hora de mantener equipos. El problema es que muchos de los repuestos no están en buen estado o se desconoce el historial, por lo que hay más riesgos de fallos. En este caso el riesgo es todavía mayor porque los MiG-23 hace décadas que no se producen, y cada vez es más complicado encontrar repuestos (*).
Lo cierto es que el futuro de esta empresa no pinta demasiado bien. El contrato logrado por Croacia fue simplemente porque era menos costoso que lo ofrecido por empresas rumanas y rusas. A medida que estos MiG vayan desapareciendo del mercado habrá más dificultades para lograr contratos.
Fuentes y enlaces de interés:
- http://diana-mihailova.livejournal.com/577960.html
- http://www.ww2.dk/new/air%20force/regiment/iap/894iap.htm
- http://ukroboronprom.com.ua
(*) Rusia siempre ha justificado la alta tasa de accidentes de los MiG indios con la adquisición de repuestos a bajo coste en Europa del Este.
me vino a la mente los f-18 que utilizan partes de otros f-18 que están en el desierto de arizona, tienen accidentes con cierta frecuencia
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