Esta noticia no está muy relacionada con el mundo militar, pero sin duda merece comentarlo. El pasado martes se inaguró en el Museo del Prado (Madrid) una exposición sobre las Furias. Estará hasta el 24 de mayo. Esta colección de pinturas muestra los castigos aplicados en la mitología griega. La historia de estas pinturas se remonta a 1548, cuando María de Hungría encarga a Tiziano 4 lienzos con los personajes de Ticio, Tántalo, Sisifo e Ixión. Estos eran identificados con los príncipes alemanes que se habían rebelado contra su hermano, el emperador Carlos V. En 1547 fueron derrotados en la batalla de Muhlberg.
Ticio: personaje de una lujuria desenfrenada. Fue condenado por un intento de violación. Fue arrojado al Tártaro, donde los buitres o serpientes comían eternamente su higado. Ese órgano era identificado con la sede de las pasiones.
Ticio, por Miguel Ángel Buonarroti (1532).
Ticio, por Tiziano (1548-1549).
Ticio, por José de Ribera (1632).
Sísifo: fundador y rey de Éfira. Antes de fallecer le dijo a su esposa que no hiciese el sacrificio habitual a los muertos y ésta así lo hizo. Cuando llegó al infierno le acusó de ello y pidió volver al mundo superior para castigarle. Cuando regresó a Corintio rechazó volver, viviendo por varios años hasta que fue devuelto a la fuerza.
En el infierno Sísifo fue castigado. Tenía que cargar con una enorme piedra hasta lo alto de una montaña, pero antes de llegar a la cima la piedra rodaba hasta abajo, teniendo que empezar otra vez desde el principio. Una y otra vez. Sísifo nunca moriría pero estaría eternamente condenado a este tormento.
Sísifo, por Tiziano (1548-1549)
Prometeo: introductor del fuego e inventor del sacrificio. Prometeo es considerado el Titán protector de la humanidad. Astuto y con gran capacidad de engañar, ridiculizó a Zeus. Este se vengó con un castigo: le encadenó y envió un aguila para devorar su higado, pero Prometeo era inmortal y el higado volvía a crecer todas las noches. Finalmente fue liberado, aunque hubo de llevar un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado.
Prometeo encadenado, por Rubens y Frans Snyders (1611)
Prometeo, por Salvator Rosa (1648-1650).
Ixión: fue condenado por mentir a Deyoneo. Prometió un valioso regalo si le permitía casarse con su hija Día. Al no cumplir, su suegro le quitó sus yeguas. Ixión respondió asesinandole. Este vil crimen horrorizó a dioses y vecinos, que no le purificaron. Esto obligó a Ixión a vivir escondido.
Finalmente, logró que Zeus le perdonase, pero todo cambia cuando Ixión intenta seducir a Hera, la mujer de Zeus. Este le condenó al Tártaro, donde Hermes le ató con serpientes a una rueda ardiente que giraba sin cesar. Sólo descansó de su tormento el tiempo que Orfeo estuvo en los infiernos, ya que su maravilloso canto hizo que se parara la rueda.
'Ixión', por Cornelisz van Haarlem (1588).
'Ixión', por Giovanni Battista Langetti (siglo XVIII).
Tántalo: hijo de Zeus y la oceánide Pluto, fue rey de Frigia o del monte Sípilo en Lidia (Asia Menor). Es conocido por revelar secretos de una cena de Dioses en el Olimpo a la que Zeus le había invitado. Además, robó un mastil de oro. Zeus le castigó eternamente. Fue colocado en un lago con el agua a la altura de la barbilla (o rodillas según otras versiones) y bajo un árbol de ramas bajas repletas de frutas. Cada vez que Tántalo, desesperado por el hambre o la sed, intenta tomar una fruta o beber agua, estos se retiran inmediatamente de su alcance. Además pende sobre él una enorme roca oscilante que amenaza con aplastarle.
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