El hombre de las
mil caras cuenta la historia de Francesco Paesa, un turbio personaje con
contactos en las famosas cloacas del estado.
Tras haber ganado dinero con la venta de armas, acuerda con los
servicios secretos españoles vender misiles SAM-7 a ETA. Estos han sido
modificados con balizas de seguimiento y facilita una operación de policía con
la banda en la que se desarticula el principal polvorín.
Pese al éxito,
Paesa no recibe el dinero prometido y es chantajeado por el caso de los GAL.
Cuando está en la bancarrota se pone en contacto Luis Roldán, el otro gran
protagonista de la película. Roldán es el director de la Guardia Civil, pero su
destitución en inminente. En los últimos años su patrimonio ha crecido
exponencialmente y la fiscalía piensa que hay un caso de corrupción. Roldan
ofrece a Paesa 1 millón de $ a cambio de esconderle y poner a recaudo su
dinero.
Quienes hayan
nacido a principios de los 80 o antes seguro que recuerdan este caso de
corrupción, probablemente el más bochornoso de la democracia española. A base
de cobrar comisiones ilegales por las reparaciones en casas cuartel, y saqueo
de fondos reservados, Roldán se llevó 1.500 millones de pesetas (9 millones de
euros). Recalco que estamos hablando de 1994, no de hoy. Incluso se le acusa de
haber robado fondos destinados a viudas y huérfanos causados por ETA.
Roldán se da a la
fuga y provoca una crisis mayúscula en el gobierno socialista de Felipe
González. Pronto se descubre que Roldán había falsificado su currículo (afirmó
ser ingeniero industrial) y una revista publica fotos comprometedoras en
fiestas.
Los actores
principales, Eduard Fernandez como Francisco Paesa; y sobre todo Carlos Santos
como Luis Roldán, hacen un papel excelente. Es una pena que la historia a veces
se complique demasiado y cueste seguirla. En cualquier caso, es muy entretenida
y merece la pena verla.
Me imagino que te refieres a fondos para viudas y huerfanos de la guardia civil, no de eta.
ResponderEliminarMe parece recordar que a Roldán se le había acusado de llevarse dinero destinado a indemnizar a víctimas del terrorismo. (Entre otros muchos desfalcos)
ResponderEliminarAsí es, aunque él sostiene que quedó demostrado que no era el caso.
EliminarGracias Yamato, ya he cambiado la frase para que quede claro. Saludos.
Para más bochorno:
ResponderEliminarRoldán, una vez fuera de la cárcel, estuvo viviendo una temporada en Galicia... ¡ESCOLTADO! visto por mis propios ojos en el año 2003 o 2004. Recuerdo las cábalas que hacíamos sobre la ironía de que éste elemento anduviera por ahí escoltado por la Guardia Civil, suponíamos que se trataba de policías nacionales.
De todas formas, la relación con sus escoltas era muchísimo más distante que la que tenía José Amedo (que es gallego y también se movía mucho por Galicia).
Por cierto, vi la película y me pareció muy entretenida. Lástima que centrasen tanto la trama en el affaire Roldán. La vida de éste pillo buscavidas dió para muchísimo más.
EliminarRoldan fue un aprendiz. Cualquier alcalde o concejal de una ciudad media Española ha saqueado cantidades mucho mayores.
ResponderEliminarmenudo sinvergüenza, no sólo robaron a viudas y huérfanos, es que se quedaban con el pago de los soplones que habría permitido impedir atentados.
ResponderEliminarLo que yo recuerdo es que lo que les había suministrado el gobierno española a ETA a tarvés de Paesa eran pistolas Sig Sauer, pero que la organización en un alarde de valor (y de inteligencia) no se atrevió a usar porque les dio por pensar que llevaban un sistema oculto (más bien mágico) de localización...
vaya dos vergüenzas para España y para todo el que tuvo relación con ellos.