Un par de fotos comparando el Palacio Real de Berlín en la década de los 20 del siglo pasado y en la actualidad. Como algunos sabrán, el edificio actual es una reconstrucción parcial, ya que uno de los laterales y el interior es diferente.
Este palacio era la sede de la casa de Hohenzollern, y principal residencia de los emperadores alemanes de esta familia. De hecho, el inicio de la Primera Guerra Mundial se anunció desde uno de sus balcones. En la Segunda Guerra Mundial sufrió daños que eran reparables, pero las autoridades de Alemania del Este decidieron demolerlo por ser un símbolo del militarismo prusiano, y construir el Palast der Republik (Palacio de la República).
En los años 90 la República Democrática Alemana ya no existia y el Palacio de la República tuvo que cerrar por problemas con el amianto. Finalmente se tomó la decisión de demolerlo y reconstruir el antiguo palacio. Las obras empezaron en 2013 y se completaron en diciembre de 2020. El coste total fue de 677 millones de euros, 33 millones más de lo presupuestado.
La fachada costó 80 millones, y fue financiada a través de donativos de particulares. Esto provocó cierta polémica porque entre los donantes había personas conocidas por sus posiciones de extrema derecha y antisemitas.
El palacio ahora tiene ahora un nombre diferente, Humboldt Forum, en homenaje a Alexander, y alberga una biblioteca, una estación de metro, un laboratorio de la Universidad Humboldt, y salas para exposiciones temporales.
La reconstrucción es un buen ejemplo de un debate que se produce en la actualidad en el mundo de la arquitectura, a veces descrito como tradicionalismo frente a modernismo. Hay personas a favor del primero y prefieren construir edificios más tradicionales, o por lo menos no sustituir los antiguos por modernos. Los segundos prefieren diseños más modernos por el diseño y funcionalidad.
Es curioso que algunas personas opinen que a través de la arquitectura clásica se hace propaganda a regimenes totalitarios como el nazismo. Seguramente hay casos, pero tampoco tiene porqué ser de derechas. En la URSS y los países socialistas también se apostó por el diseño clásico, de hecho en el mismo Berlín hay un ejemplo, la Karl-Marx-Allee. A mí me gusta tanto la arquitectura clásica como la moderna, pero en centros históricos prefiero mantener la existente.
Fuentes y enlaces de interés:
- https://www.the-berliner.com
- https://www.youtube.com/watch?v=hbX80m1yqeo
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