jueves, 1 de febrero de 2024

Chavs: The Demonization of the Working Class, de Owen Jones

Este libro lo encontré de causalidad en una caridad. Fue publicado por primera vez en 2011 y se fue un éxito de críticas y de ventas Su autor, Owen Jones, es un periodista que ha trabajado en sindicatos y para el parlamento del Partido Laborista John McDonnell.

Jones examina cómo la clase trabajadora ha sido destruida y se ha convertido en un objeto de bromas -la palabra Chav es una manera derrogatoría utilizada para referirse a ellos-. El libro empieza fuerte poniendo como ejemplo la desaparición de una niña llamada Shannon Matthews, ocurrida al mismo tiempo que la de Madeleine McCann. Shannon provenía de una familia desestructurada, y su tío y su madre terminaron en la cárcel por fingir el secuestro para cobrar la recompensa. El caso pasó completamente desapercibido en comparación al de McCann, pero posteriormente generó toda una campaña de insultos y críticas a la clase trabajadora, llegando a comentarios sobre la necesidad de esterilizar.

Índice del libro.

El autor destaca que los periodistas británicos suelen provenir de clases pudientes porque para empezar la carrera es necesario mucho apoyo financiero. Esto hace que no exista conexión con la clase trabajadora, lo que se refleja en la covertura de las noticias.

Como es de esperar, la gestión de Thatcher es criticada con vehemencia. Generó un proceso de desindustrialización sin precedentes en Europa, y destruyó comunidades enteras. En este periodo se instaló un pensamiento de que si estabas en lo bajo de la sociedad era porque te lo merecías y no hacías lo suficiente para salir del agujero. El autor presenta algunos datos que llaman mucho la atención, y es que los fondos defraudados en ayudas sociales son una fracción en comparación con lo que las grandes empresas no pagan (1.000 millones de libras frente a 70.000).

Tampoco el gobierno laborista de Tony Blair escapa a las críticas, ya que su política fue de hacer que todo el mundo fuese de clase media. La clase trabajadora quedó abandonada y fuera del debate que sí hubo sobre las minorías étnicas o los derechos de los homosexuales.

En la parte final el autor explica fenómenos como el ascenso de partidos de extrema derecha en zonas tradicionales de clase trabajadora. También analiza factores que incluyen en las posibilidades de un individuo, como la familia, acceso a educación o problemas de droga. Mi impresión es que se repite un poco porque ofrece datos y casos ya tratados en el libro. En cualquier caso, no deja de ser una obra interesante para los interesados en sociología.  

Fuentes y enlaces de interés:

- Chavs: The Demonization of the Working Class, de Owen Jones. Verso Books(2012)
- https://en.wikipedia.org/wiki/Kidnapping_of_Shannon_Matthews
https://archive.org/details/chavsdemonizatio0000jone/page/n5/mode/2up

8 comentarios:

  1. Muy interesante. Relacionado con el tema, es una característica común del "wokismo" odiar a las clases bajas trabajadoras, y es por eso que no considero este movimiento como siendo de izquierda. Reemplaza los conceptos de clase y relaciones de poder y riqueza por otros raciales y de género. Es probablemente por eso que multimillonarios y grandes corporaciones lo apoyan tanto, desvía la atención de problemas mucho más urgentes y que afectan a muchisimo más gente que las minúsculas minorías sexuales, como el creciente aumento de la concentración de renta en los países llamados "desarrollados", donde la clase media va perdiendo riqueza rápidamente, mientras que los que están en el ápice de la pirámide se vuelven obscenamente más ricos.

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    1. "es una característica común del "wokismo" odiar a las clases bajas trabajadoras"
      Expandiendo sobre eso, un ejemplo ocurrió en las elecciones de 2016, Hillary Clinton llamó a los votantes de Trump "deplorables". Mientras los que votan demócratas son por lo general gente de buen pasar en ciudades grandes de los estados costeros, entre los que votan a Trump está la antiguamente poderosa clase obrera industrial de EEUU en el rusty belt, muchos ahora desempleados. Los demócratas simplemente dicen que no hay nada que se pueda hacer, y les propone simplemente "recapacitarse" y empezar trabajar en Starbucks, Walmart o almacenes de Amazon a sueldos mucho más bajos. Trump por lo menos reconoció el problema e intentó hacer algo, aunque mucho no logró.

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  2. parece muy interesante, si. la idea misma de clase media es muy discutible. En realidad son personas que viven de un salario, trabajadores con un mejor pasar que otros pero no dejan de pertenecer a la clase trabajadora. Hago acuerdo Carlo, las mil etiquetas étnicas y de género lo único que hacen es dividir a la gente. La misma gente que vivía mejor cuando se sentía y actuaba como perteneciente a la clase trabajadora.

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  3. Algunas políticas de Trump para traer de vuelta líneas de producción me parecen acertadas, porque la industria genera puestos de trabajo de calidad (*). El problema que veo es que las crisis económicas han ido laminando la calidad de vida de las clases medias y bajas, hasta el punto de que hay gente que lo pasa muy mal para llegar a final de mes con un trabajo.

    (*) Sólo hay que comparar con otros sectores como la hostelería

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    1. La desindustrialización tiene causas diferentes, dependiendo del país. En EEUU fue una política deliberada de mover la producción a países de menor costo (China, México) para maximizar ganancias corporativas; en el sur de Europa, la entrada a la zona del Euro significó una pérdida de competitividad; a Francia y principalmente Alemania eso tanto no les afectó por la alta productividad de sus industrias, pero con la actual crisis energética es poco probable que puedan.

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    2. Carlo, a Mexico se movió principalmente la industria automotriz gringa (General Motors, Ford y Chrysler) para que sobreviviera por algún tiempo ya que se las estaban comiendo marcas japonesas, coreanas y europeas en el segmento de autos pequeños, pero la industria se quedo en mexico y tambien la de autopartes que es por mucho el mayor proveedor de las plantas que aun quedan aun en gringolandia.

      saludos a todos

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  4. Otro ejemplo del giro de un "izquierdista" hacia el odio a la clase trabajadora: la primera película de Michael Moore fue "Roger and Me", sobre Flint, su ciudad natal, donde cerró una gran planta de GM y la ciudad prácticamente desapareció en los años 1980. Obviamente, simpatiza con los miles de trabajadores desempleados. En 2017 lanzó "Fahrenheit 11/9" (no confundir con "Fahrenheit 9/11", lanzada 15 años antes, sobre los ataques de 11 de septiembre), sobre la victoria electoral de Trump (que, como todos los demócratas, Moore odia) y que se dedica a atacar a los votantes como si todos fueran maniáticos ultra-derechistas racistas xenófobos neo-nazis.

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    1. La de Roger y Me no la he visto. Fahrenheit 9/11 y sobre todo Bowling for Columbine me gustaron mucho. Psicho no termine de verla y la tengo pendiente. No estoy de acuerdo con todo lo que afirma Michael Moore, pero sí que me gusta escuchar sus opiniones.

      En cuanto a traer la industria de vuelta, no me importa pagar un poco más por un coche o un ordenador fabricado en Europa. Si la vivienda se ha disparado estos artículos no han subido mucho (la electrónica en general).

      A lo que comenta Klein se puede añadir que las marcas estadounidenses de coches han tardado mucho en ajustarse a lo que piden hoy en día los consumidores, como motores de menor consumo. Puede que en EE. UU. no sea tan importante como en Europa, pero al final allí también ha habido subidas.

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