Veinte años de los ataques del 11S en Nueva York

Hoy se cumplen veinte años del 11 de Septiembre, el ataque terrorista de Al-Qaeda a Nueva York, seguramente el acontecimiento más importante en lo que va de siglo XXI. Sin él es imposible entender la política exterior de Estados Unidos y la situación en Oriente Medio.

Muchos de los lectores recordarán el día. Cuando el primer avión se estrelló contra una de las torres gemelas se habló de un accidente, pero minutos después otro hizo lo mismo en la segunda, para horror de los telespectadores. La terrible jornada siguió con las confusas noticias de que otro avión se había estrellado contra el Pentágono, y un cuarto derribado o estrellado.

El atentado dejó en torno a 3.000 muertos superando a Pearl Harbour; inicialmente se habló de decenas de miles porque no se sabía cuántas personas podían haber sido evacuadas. Entre las víctimas hubo muchos policías y bomberos, que siguieron trabajando hasta que las torres se colapsaron. El derrumbe se produjo no por el impacto de los aviones sino porque los incendios causados derritieron la estructura.

La respuesta del gobierno de George W. Bush es conocida. Tras identificar a los autores (de origen saudí) dio un ultimátum a los talibanes para que entregasen a Osama bin Laden, huésped en este país. Los talibanes se negaron, aunque le invitaron a marcharse (algo poco común en las sociedades musulmanas). A Estados Unidos Unidos no le tembló el pulso e intervino en el país al mando de una coalición y apoyándose en la oposición afgana. El régimen talibán caería en unos pocos días, pero bin Laden sólo fue eliminado tras años de búsqueda.

La siguiente gran decisión fue mucho más polémica y ha perseguido a los países de la coalición desde entonces. Estados Unidos acusó a Irak de disponer de armas de destrucción masivas y financiar el terrorismo extranjero. Saddam Hussein no era una hermanita de la caridad, pero nunca hubo pruebas convincentes de estas. Tampoco han aparecido desde entonces.

Las consecuencias son conocidas. En Irak se produjo una sangrienta insurgencia y el país todavía no ha logrado tener estabilidad; Irán aumentó su influencia. Otros acontecimientos como las primaveras árabes tampoco se entienden sin el 11S, así como la guerra civil en Siria, que dura hasta hoy.